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domingo, 16 de octubre de 2016

La Euforia… ¿Nos acerca o nos aleja de la Felicidad?

Fuente: http://aztlan.com.ar/

   Es común encender la Tv y encontrarse con programas o publicidades que nos muestran conductores que hablan a  gritos, publicidades donde los protagonistas consumen un producto mientras saltan y bailan desaforadamente… El mensaje que se nos envía es claro: se supone que la euforia, la exaltación son estados “deseables” a los que todos tenemos que aspirar.

   Sin embargo, según novedosos estudios de neurociencias y psicología, pareciera que los estados  eufóricos crean más perjuicios que beneficios. Teniendo en cuenta  que todos aspiramos a lograr la felicidad, es válido preguntarnos si los estados eufóricos nos alejan o acercan a la felicidad.

genteeufoirica-700x300   En su libro En defensa de la felicidad el biólogo y monje budista Matthieu Ricard afirma que: “Podríamos esperar que un acceso inesperado a la gloria o la riqueza hicieran que se cumpliesen todos nuestros deseos, pero la satisfacción que producen tales acontecimientos casi siempre es de corta duración y no incrementa en absoluto nuestro bienestar. Conocí a una célebre cantante taiwanesa que, después de habernos descrito el malestar y el hastío que le producían la riqueza y la gloria, exclamó, deshecha en lágrimas: “¡ojalá no me hubiera hecho famosa!”

   Un estudio ha demostrado que unas circunstancias inesperadas (que te toque el primer premio de la lotería, por ejemplo) producen un cambio temporal del nivel de placer, pero pocas modificaciones a largo plazo en el temperamento feliz o desdichado de los sujetos afectados. En el caso de los agraciados con un premio de la lotería, resultó que la mayoría de ellos atravesaron un periodo de júbilo inmediatamente después de su golpe de suerte, pero que un año más tarde habían recuperado su grado de satisfacción habitual.

   Hay pues, una clarísima diferencia de naturaleza entre la alegría profunda, que es una manifestación natural y la euforia, la exaltación jubilosa resultante de una excitación pasajera.

   “Toda jovialidad superficial que no reposa sobre una satisfacción duradera va invariablemente acompañada de una recaída en el abatimiento” afirma Ricard, quien ha sido catalogado “el hombre más feliz del mundo” según estudios de Scanner que se hicieron midiendo sus ondas cerebrales y comparándolas con las de cientos de personas…

   Observa en la televisión a los que participan en los programas de la noche del sábado, que saltan de alegría aplaudiendo a un presentador de sonrisa mecánica. ¿Cómo no sentirse desconsolado ante tales demostraciones escandalosas de una euforia tan alejada de la felicidad verdadera?

6AC   Matthieu Riccard nos dice que otro ejemplo, es con las drogas blandas y duras que son buscadas como otro medio de provocar un éxtasis que quisiéramos que fuese inconmensurable. Sin embargo, la búsqueda de paraísos artificiales casi siempre conduce al infierno de la dependencia y a la depresión, o incluso a la peligrosa satisfacción egocéntrica de creernos únicos, al margen de una sociedad que rechazamos pero que, a nuestra manera, hacemos que funcione a la perfección. Socialmente, conducen a una forma de evasión y de embotamiento que presenta muy diversos grados. Desde el simple esparcimiento del aperitivo hasta el coma etílico, hasta el embrutecimiento cerebral sistemático. La embriaguez puede responder a diferentes necesidades: relajación de las tensiones, olvido momentáneo de un dolor psicológico, huida de la realidad.

   Todo lo anterior son treguas ficticias cuya repetición desemboca en la dependencia. Fingir felicidad no hace sino reforzar el malestar. Y una alegría duradera no puede ser causada por químicos externos.

   A nadie se le escapa que la sociedad de consumo se las ingenia para inventar incesantemente infinidad de placeres falsos, euforizantes y laboriosamente repetidos, destinados a mantener un estado de alerta emocional que desencadena bastante una forma de anestesia del pensamiento. ¿Acaso no hay un abismo que separa esas “felicidades en lata” de la dicha interior?

   Está en nuestra manos, entonces, conocer cuáles son los medios adecuados que nos conduzcan cada vez con más frecuencia a un estado de bienestar, armonía y felicidad verdaderamente duraderas.
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Espero te sea de utilidad, Blanca


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