Nuestro cuerpo es el vehículo por el que tu alma se comunica, ama, se
relaciona y disfruta del mundo y de la vida. Aprende a valorarlo, a
quererlo y a disfrutarlo YA.
Por: Marilú Ochoa Méndez
Hace poco leía este chiste: "Dicen que 9 de cada 10
mujeres tienen celulitis. ¿Por qué no, para evitar frustraciones, le
ponemos celulitis a la mujer que falta y así estamos todas felices?". ¡A
mí me encantaría!
Para las mujeres, nuestro cuerpo es muy
importante. Sufrimos una tremenda invasión de imágenes de lo que es la
"mujer perfecta", delgadísima, con la piel perfecta, sin estrías y
siempre con su botella de agua en la mano. Es mamá pero al salir de la
sala de partos ya no tiene ni rastros de la barriga, siempre está
arreglada y su cabello es perfecto y manejable. Déjame que te diga algo:
ESTO ES UNA MENTIRA.
Cometemos un error si permitimos que estos
estándares nos lastimen, pues es común que nos convirtamos en nuestras
peores jueces. Imagínate viviendo cada instante con alguien que te echa
tierra a cada momento, y te desanima y desprecia. Es horrible ¿no lo
crees? ¡Es urgente que las mujeres dejemos de hacerlo ya!
Amarnos como somos sin condicionar el amor
Piensa
en una persona a la que ames mucho e intenta responderte por qué la
amas. Yo pienso en mi madre. La quiero porque es mi mamá, porque es un
regalo que Dios me ha dado, porque siempre está al pendiente de lo que
necesito y de ella solo recibo amor y detalles y en muy raras ocasiones
un reclamo. Intenta ayudarme a ser mejor a veces incluso a pesar de mí
misma.
No reprimo para nada el amor que siento por ella porque su
piel esté arrugada, porque no sea delgada como modelo de televisión.
Quiero sus manos suaves, y me gustan sus ojos cafés de los que ella
presume que tenían pestañas enormes y chinas, y de las que ahora
solamente se ve un rastro. La quiero como es, ¡es mi mamá!. Sin embargo,
a veces condiciono mi amor por mi misma hasta que consiga ser como
deseo, sin valorar lo que ahora soy.
Elige el filtro con el que te relacionarás con el mundo
La
manera como me veo condiciona necesariamente mi interacción con el
mundo. Si me considero valiosa, bella y útil, entonces me consideraré
capaz, seré valiente y asumiré los retos que tengo delante con pasión.
Si me considero inmerecedora de los regalos que Dios me ha dado, si me
desprecio y minusvaloro, me conformaré con lo que "la vida" me va dando,
porque "no tengo derecho" a desear más, y con muchos trabajos trabajaré
para cambiar algo.
Mírate como lo hacen quienes te aman
¿Te das
cuenta? Es preciso elegir HOY mirarnos con el amor que nos miran los que
nos aman. Así como mi hijo de cuatro años me comentó el otro día: Mami,
qué bonita te ves cuando te maquillas los ojos, y qué hermosa también
cuando no lo haces. ¡Por supuesto que me lo comía a besos! Me hinchó de
amor el corazón su diálogo tierno salido del alma. Mis hijos me ven como
su raíz, y necesitan nutrirse de mi amor incondicional a mí misma, para
poder crecer sanos.
Me gusta mucho una frase que leía hace meses: El mejor regalo que una madre puede dar a sus hijos es sanarse como persona.
Ahora, ¿cómo lograr amarme más?
1. Haz cada día al menos una cosa para ser mejor y tener una mejor vida
Ya
sea alimentarte sanamente, dedicar unos minutos a esa lectura que tanto
te gusta, hacer ejercicio, llamar a una amiga, evitar conversaciones
ociosas, hacer oración.
2. Oblígate a recordar todo lo valiosa que eres
Dedica
un tiempo a mirarte con los ojos de Dios. Si solamente existieras tú en
el mundo, Él te hubiera creado, y hubiera muerto por ti. ¿No es
increíble? Y lo mejor es que es verdad. Ahora piensa también en tus
amigas, tus hijos. Evita ser condescendiente y permitir que estándares
bobos interesados solo en espejismos mundanos te hagan sufrir.
3. Reza más, reza mucho más
Si hoy sufres por
algo tan vacío como no tener un cuerpo de revista, es porque tu corazón
está necesitado de trascendencia. No quiero menospreciar tus
sentimientos, yo me he sentido igual que tú, pero ¿cómo nos hemos
permitido perder el tiempo en despreciarnos por no ser "perfectas"
cuando son mucho más grandes nuestras bendiciones? Jesús podrá tomar
nuestro corazón, nuestras heridas emocionales y sanarlas, para ayudarnos
a vernos en nuestra justa dimensión. Hay que pedírselo diariamente.
4. Mira hacia los que sufren
No he logrado
eliminar la barriga de los embarazos y los atracones, y permito que mi
corazón sufra por esto olvidándome que este preciso minuto, un niño está
en la calle, y que ya no siente siquiera que lleva con esa ropa más de
una semana, tampoco percibe ya el tiempo que hace que no se baña, y
seguro daría su cuerpo delgado (y más) por estar sentado en un
escritorio limpio, con ropa recién lavada y un café al lado como yo me
encuentro en estos momentos.
Tenemos hoy la oportunidad de
convertir esta experiencia en crecimiento personal y familiar. Deseo de
corazón que nuestro Padre nos permita capitalizar la frustración para
ser mejores mujeres y madres y hacer mucho más por este mundo tan
necesitado.
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Espero te sea de utilidad, Blanca
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