Nicolás Tamayo
Fuente: http://elcaballogriego.wordpress.com/
Fuente: http://elcaballogriego.wordpress.com/
Tomado de: http://www.periodicodecrecimientopersonal.com/sagrada-cotideaneidad-o-como-ser-feliz-ahora/
Se es feliz y se está alegre. Tomar
esto como cierto nos hace conscientes de que acceder a la felicidad en
realidad no tiene que ver con lo que uno hace, tiene o experimenta, sino
que se relaciona con que tan presentes estamos en cada paso, acto y
palabra que expresamos.
Ser feliz es dejar que la esencia que
nos sostiene se exprese. Es quitar en vez de agregar. Ser feliz es
simplemente ser nosotros en cada pequeña cosa.
Solemos entender que ser feliz es
sinónimo de estar en un estado de completa dicha, con una sonrisa
permanente, en un estado ideal donde no hay dificultades. Me gusta
pensar que ese estado existe (de hecho creo que existe), sin embargo
siento que es difícil alcanzarlo mientras nos movemos a través de la
experiencia terrena, ya que la propia naturaleza del viaje humano viene
con todo un conjunto de situaciones y experiencias que nos hacen
evolucionar y crecer, y esas experiencias muchas veces vienen asociadas a
momentos difíciles y una cuota de dolor. Desde esta perspectiva ¿que es
la felicidad? ¿como se expresa la felicidad mientras recorremos la vía
terrena?
Ser feliz es dejar que la esencia se
exprese, en la práctica significa hacerse consciente de la verdadera
naturaleza de las cosas: hay una esencia divina que todo lo sostiene.
Cuando nos hacemos conscientes de esa trama cósmica la perspectiva
cambia. Por fuera el mundo puede seguir avanzando hacia una catástrofe
global, pero la mirada ha cambiado. Al elevar la mirada, puedo seguir
experimentando situaciones dolorosas, pero se está en un mejor escenario
para enfrentarlas, se abordan desde la perspectiva de la esencia.
De la mano de todo esto está
“sacralizar la cotideaneidad”, es decir ver lo sagrado en cada pequeño
acto. Si abrimos la mirada y disfrutamos cada pequeña cosa que pasa en
nuestras vidas, ya estamos un poco más cerca de vivir desde la esencia.
El simple hecho de lavarte la cara en la mañana encierra una cadena de
eventos que, a los ojos del observador consciente, son magia pura.
Esa es la invitación, que cada
pequeño acto de cada día sea abordado desde lo que realmente eres. Si no
podemos ser felices con lo que tenemos o estamos experimentado ahora,
tampoco podremos ser felices cuando, aquello que creemos que nos hará
felices, llegue.
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Espero te sea de utilidad, Blanca
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