Por Francisco de Sales
Fuente: http://www.buscandome.es/
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En mi opinión, a las personas que
tienen una Autoestima baja, responder sinceramente a esta pregunta, y
además encontrar una respuesta en la que salga bien parado, es muy
interesante para su estabilidad y para mirarse con ojos más agradables.
Quien no es capaz de valorarse por sí
mismo, y de apreciar sus propias cualidades y virtudes, o aceptar su
pequeñez con humildad, está en manos de los otros y a merced de sus
juicios y críticas. Grave error.
Está bien saber que estamos
interrelacionados con los demás, y está bien saber que podemos colaborar
entre todos en poder realizar nuestras vidas, pero de ningún modo
dependemos de los otros para ser nosotros mismos.
Dado que todos formamos parte de lo
que se denomina Humanidad, tan aparentemente des-conexionada pero al
mismo tiempo tan indisoluble, todos interactuamos entre todos aunque en
muchísimas ocasiones no somos conscientes de ello.
A veces dejamos de ser la estrella de
nuestra propia vida para desempeñar, aunque sea durante breves
momentos, un papel secundario en la vida de los otros. O para la vida de
los otros.
Para unas personas eres hijo, para otras padre, compañera, amigo, empleada, vecino, suegra, novio, cliente…
Te propongo un ejercicio muy instructivo que tal vez nunca hayas hecho.
Se trata de verte a ti mismo como te
ven los demás. Como alguien que participa de algún modo en su vida, pero
ocasionalmente. Como alguien que no eres como tú eres para ti: la
estrella principal y quien ocupa sus propias 24 horas.
Como hija… ¿Eres amable y cuidadosa o tiránica y despreocupada?
Como novio… ¿Eres cariñoso y atento o frío y aprovechado?
Como empleado… ¿Eres cumplidor y responsable o te despreocupas de tus tareas y engañas a tu jefe?
Para los otros eres un personaje…
¿Desempeñas bien tu papel?, ¿Colaboras en el modo que el otro espera de
ti?, ¿Haces por el otro lo que quieres que el otro haga por ti?
Hazte cuantas preguntas te ayuden a
situarte y valorarte en el papel que desempeñas para los otros, que
puede ser mucho más importante de lo que crees, y considera si deberías
modificar o potenciar algún aspecto, si eres correcto en tus actitudes,
si desatento y no sabes apreciarles, si estás a la altura que deseas
estar, si tienes la conciencia en paz o por el contrario descubres que
eres egoísta y mezquino.
Date cuenta y toma las decisiones que tengas que tomar.
Si puedes, y si lo deseas, trata de
ser más simpático o más cordial, más generoso, más amable… o del modo
que realmente te gustaría ser con cada persona pero no has parado a
darte cuenta de ello.
Piensa que tendrás que cruzarte en el
Camino de otras personas, lo mismo que otras se cruzarán en el tuyo. A
veces de un modo inapreciable, lo que no quiere decir siempre que no
serán importantes para ti.
Algún día saludarás a una persona y
jamás te volverás a encontrar con ella, y tal vez pienses que no
afectará para nada a tu vida. En algunos casos, es así. En otras
ocasiones, simplemente te han sonreído en un momento en el que ya no
creías en las sonrisas, o te han dado las gracias cuando pensabas que ya
se había terminado la amabilidad, o han seguido con su vida adelante
cuando parecía que todo estaba perdido y les has dedicado un simple
instante de atención consciente, pero en tu interior se ha quedado dando
vueltas su ejemplo y resolviendo conflictos y dándote ánimos sin que tú
te enteres.
Con otras personas puedes tener un
poco más trato y tendrás tiempo de darte cuenta de cuánto te han ayudado
con una palabra, con una mirada o un gesto; también habrá quien pase
por tu vida, sin dejar huella aparentemente, pero con su actitud
despierte en tu atención el darse cuenta de lo que no quieres ser o no
quieres hacer; tal vez aparezca otra de esas personas que se borran
solas, pero años después, y sin saber por qué, rescates del olvido una
frase que dijo y entonces no supiste comprender o creías que no la
habías escuchado.
Para otros serás un pilar básico, el
centro de su vida, tal vez les motivarás con tu actitud, o les alentarás
con tu modo de ser y serás su ejemplo a seguir.
Siempre, aun sin darnos cuenta,
estamos influyendo en los demás, estamos formando parte de su Camino, y
en la medida de lo posible sería conveniente ser muy consciente de ello.
Nos necesitamos mutuamente en la
vida, todos tenemos algo que enseñarnos, de todos tenemos algo que
aprender. Los otros pueden ser lecciones ambulantes, espejos en los que
mirarnos, ejemplos de lo que sí o lo que no queremos ser. Y nosotros
somos para ellos lo mismo que ellos son para nosotros.
¿Quién soy para los demás?
¿Quién podría ser para los demás?
¿Estoy siendo quien quiero ser?
¿Cumplo bien mi papel para con los demás?
Estas y muchas otras preguntas pueden
hacer que te des cuenta de lo que haces y lo que omites, y pueden dar
una nueva orientación al resto de tu vida. Te garantizo que es
importante.
Te dejo con tus reflexiones…
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Espero te resulte de interés, Blanca
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