Imagen: A.C Ray
Fuente: http://www.animalespiritual.com/
Debo reconocer el dolor y comenzar a atenderlo como cuando llora un bebé. Si lo alzo y lo contengo, al poco tiempo se calma y desaparece el llanto
La enfermedad no se reduce solo
aliviándola. El trabajo con el alma supone ir mas allá de lo obvio,
mucho mas allá del hoy e incluso de las personas que existen actualmente
en mi vida.
La aparición de algún evento
doloroso, crisis o enfermedad, nos enfrenta casi siempre a nuestro mundo
más inconsciente y oscuro, en las tinieblas de la sombra.
La genealogía asume como reales las energías de nuestros antepasados y la influencia que ellos y sus nudos conflictivos tienen en nuestra vida actual, esto sumado a la energía latente en el lugar más sombrío de nuestra personalidad.
Considero fundamental enfrentar al
dolor cara a cara con mi lado oscuro, reconociendo su influencia en mis
síntomas. Luego vendrá el proceso de apropiación de la sombra para
saberla mía y así comenzar a ” abrazarla”.
Debo reconocer el dolor y comenzar a
atenderlo como cuando un bebé llora. Si lo alzo y lo contengo, al poco
tiempo se calma y desaparece el llanto.
Mi dolor reclama atención, no pide que lo disimule y enmascare con psicofármacos.
Cuando comienzo el proceso de abrazo y
atención, la consciencia se abre a los mensajes que ese dolor tiene
para mí, como comprender que significan nuestros síntomas y que nos esta
sucediendo de verdad.
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Espero te sea de utilidad, Blanca
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