Por: Manuela Ribera Pérez
Hace tiempo vengo reflexionando acerca de la
educación y del sistema educativo. Cuando un niño o niña nace, lo que
necesita son atenciones y muchos cuidados, pero sobre todo mucho amor y
ternura. Conforme el bebé va creciendo y se va convirtiendo en niño
dejamos de profesarle atenciones, en aras de su autonomía y crecimiento
personal. Esto está perfecto, pero no podemos abandonar su educación
emocional y psicológica, que es la base de todo ser humano maduro y
desarrollado emocionalmente.
Cuando utilizamos la
palabra educación parece que es exclusiva de todo lo relacionado con el
sistema educativo, el aprendizaje basado en la memoria, en matemáticas,
lengua y materias en general del currículo de cualquier etapa educativa.
Pero la educación es más que todo esto, la educación ha de partir de
casa y continuar en ella. La escuela debería ser ese lugar en el que te
ayudan a desarrollar tus capacidades y tus aptitudes; el lugar en el que
te enseñan a utilizar las herramientas de trabajo necesarias para que
tú te puedas desarrollar, para que el niño o el chaval sepa utilizar
todos los medios y procedimientos a su alcance para conseguir sus metas.
Toda esa información que pretendemos que memoricen para
vomitarla en el examen de turno, y que al día siguiente no se acuerden
de nada, está al alcance de un simple botón. Y no es que yo quiera a
niños que no tengan ni pajolera idea de nada, pero una cosa es no tener
idea de nada, y otra muy distinta es amargarles la vida con tanta
materia y tan poco desarrollo en el aprendizaje emocional. Abogo porque
se dé menos materia, y más enseñarles desarrollo personal y emocional.
El sistema educativo está produciendo personas que pueden saber mucho
de una materia, pero que son unos completos analfabetos emocionales e
ineptos sociales, por esa falta de educación emocional y psicológica.
Por supuesto, esta educación no solo en la escuela sino también en casa.
El sistema educativo no hace más que producir licenciados, diplomados
como churros sin más miramientos que el mercado productivo de cada
momento. Y a veces salen más churros (sin ofender a nadie, yo seria un
churro parado) de los que se necesitan y entonces los pretenden enviar
al extranjero. Muchos se van ellos solitos, cerebros que deciden por sí
mismos al ver que su país los ha traicionado. Y esos cerebros no van a
volver a este país de charanga y pandereta, de pan y circo.
Cuántos jóvenes con mucho potencial hay fuera del sistema, porque su
potencial y sus aptitudes no interesa desarrollar en esta sociedad de
consumo...
Hace poco asistí a unas jornadas sobre los
jóvenes que ni estudian ni trabajan, y en las charlas añadieron que ni
tienen motivación. Qué motivación van a tener si a sus padres les echan
del trabajo, los desahucian de sus casas y están viendo cómo muchos
jóvenes con estudios no tienen trabajo, y los que no somos tan jóvenes
igual. Para que un joven se sienta motivado primero tienes que cubrirle
las necesidades básicas, el alimento, la vivienda y la faceta emocional.
Queremos que el niño o el joven estudie, pero para que eso suceda
primero hemos de ocuparnos de sus necesidades primarias y básicas como
son el alimento, la vivienda y el terreno emocional. Parece que en vez
de tratar con seres humanos estemos tratando con robots.
Como dijo un ponente, el joven necesita salir y perder el miedo para
descubrir otras culturas, otros contextos, para tener una perspectiva
más amplia de las circunstancias en las que vive. Pero otra cosa muy
distinta es no darles trabajo y echarlos del país. Si a un joven le
cubres sus necesidades y le enseñas a caminar en el terreno emocional,
ese joven se comerá el mundo porque sabrá valorarse y valorará y
respetará todo lo que tiene a su alrededor.
Para que
el mundo cambie y la sociedad cambie primero hemos de cambiar nosotros.
Lo que no debemos hacer es cubrir la basura con más basura nueva, porque
al final solo tenemos basura. Ahora parece que toda la culpa de lo que
está sucediendo en la educación la tiene la mala preparación del docente
y que todo se resuelve aprendiendo inglés. Por favor, seamos honestos
con nosotros mismos y comencemos a hacer las cosas bien, porque aunque
ese bebé tenga ya 16 ó 17 años sigue necesitando atenciones y cuidados, a
otro nivel, sí, pero atenciones y cuidados a la postre, y aprender a
gestionar sus emociones y sentimientos, y no simplemente a que los
veamos como alumnos o hijos que aprueban o suspenden en el colegio.
Bastante daño les estamos haciendo con el desaguisado que estamos
llevando a cabo, y ellos son el futuro. Hemos de cambiar completamente
de dirección, sino lo hacemos por nosotros, hagámoslo por ellos, por
nuestros hijos o alumnos.
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Espero te sea de utilidad, Blanca
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