Por Vanesa Maiorana.
Publicado en Revista Uno Mismo. Marzo 2015
Cada célula de nuestro organismo funciona con energía, la energía vital que ingresa en la célula es utilizada para alimentar a la célula y darle lo necesario para pueda cumplir su función. Las células conforman en conjunto tejidos y órganos. Los tejidos y órganos conforman el cuerpo físico. Podemos imaginar millones de células vibrando con una energía vital que provee el universo. …el cuerpo entero está continuamente vibrando energéticamente, aunque no lo percibamos fácilmente en la vida cotidiana. Sin embargo, si cada vez nos hacemos más sensibles y perceptivos de la energía vital que fluye a través nuestro, podremos experimentar la vibración sutil de todo el cuerpo , lo que resulta maravilloso.
El Ser que somos se expande hacia afuera de la piel energéticamente, y lo hace en varias capas con diferentes niveles de vibración. Podríamos decir que la vibración del cuerpo, que es la que se manifiesta en materia, es la más densa. Las otras capas son cada vez más sutiles a medida que se van extendiendo hacia afuera. Esos niveles más y más sutiles de la energía, conforman los campos emocional, mental y espiritual.
Para estar en equilibrio y en estado de salud, necesitamos energía vital. La energía le llega al cuerpo de diferentes maneras, y dentro del organismo hay canales por donde ésta energía fluye y es distribuida a cada célula. La energía es tomada y distribuida a los canales a través de los centros de energía llamados Chakras, que conforman un sistema que funciona integradamente, así como lo hacen los sistemas respiratorio, circulatorio, digestivo, etc. El sistema energético humano está conformado por los 7 chakras principales, más un montón de otros chakras secundarios, y los canales por donde se distribuye la energía.
Los chakras principales están ubicados a lo largo de la columna vertebral, el primero está ubicado en la base de la columna y el último en la coronilla, sobre la cabeza. Estos centros son como ruedas que giran y en ese girar toman la energía vital y la distribuyen a sus áreas de influencia. Cada chakra tiene asociados una variedad de órganos en el cuerpo físico y una cantidad de aspectos psicológicos que le corresponden. Así, cuando un chakra no se encuentra en equilibrio, se ven afectadas las partes físicas y se manifiesta el desequilibrio en los aspectos psicológicos relacionados. Por ejemplo, con el chakra raíz en desequilibrio, una persona podría tener problemas en sus piernas, en la parte baja de la columna, o en el colon; y al mismo tiempo podría sufrir falta de confianza en su capacidad sobrevivir, incluyendo la incapacidad para obtener recursos y un lugar donde asentarse. Si el mismo chakra raíz está en equilibrio, la persona sentirá una sensación de potencia para enraizarse en el mundo y confiará en su capacidad para sobrevivir en él.
En un mundo tan complejo, se está haciendo difícil mantener nuestro sistema energético en equilibrio diariamente. Hoy en día abundan los problemas tanto corporales como emocionales y mentales (estrés por ejemplo). Estamos rodeados enfermedades psicosomáticas. Y lamentablemente, las soluciones de la medicina convencional y la psiquiatría, hasta ahora se han centrado en calmar los síntomas del cuerpo físico, que resultan muchas veces en una desconexión de nosotros mismos más que en la conexión que realmente necesitamos para tomar decisiones desde nuestro centro y en contacto con nuestras emociones, deseos y necesidades. Las soluciones que solo calman los síntomas no atienden las necesidades del sistema energético que contiene al cuerpo físico, y donde reside la mayor posibilidad de equilibrar el sistema completo, es decir, desde las causas del problema.
Por eso es importante encontrar formas de equilibrar el sistema energético. Y entre esas formas se encuentra la práctica de Reiki. Con esta práctica, cualquier persona puede contar con una herramienta simple, sana, poderosa, y completa, que permite equilibrar profundamente los problemas físicos, mentales, emocionales y espirituales.
La práctica de Reiki es simple pero muy poderosa. Es simple porque quien se haya iniciado en Reiki, solo necesita usar sus manos como herramienta. Es poderosa porque los efectos son múltiples, profundos y sanadores y producen un equilibrio general.
Reiki es para todos
La práctica de Reiki no tiene preferencia ni exclusividad en relación a la edad, sexo, creencia; y es para todos los seres vivos. Reiki no funciona con la sugestión ni la concentración mental, por eso se puede aplicar a cualquier ser vivo incluyendo plantas y animales, y no necesitamos creer en algo o concentrarnos para que funcione.
Reiki es para todas las edades, puede recibir Reiki un bebé recién nacido (o dentro de la panza de su mamá). Niños, jóvenes, adultos, embarazadas, personas con discapacidad, personas mayores, e incluso personas que están recorriendo el último tramo de su vida. Todos pueden recibir Reiki sin contraindicaciones y a cada uno le producirá los efectos necesarios para equilibrar su sistema.
Reiki no tiene que ver con ninguna religión ni creencia, es una práctica de sanación natural, y aunque tiene un aspecto espiritual, no es una espiritualidad basada en determinada creencia religiosa ni está relacionada a ninguna institución ni dogma. El aspecto espiritual de Reiki tiene que ver con la conexión con el Ser espiritual que somos con su sabiduría profunda. Reiki nos ayuda a entrar en contacto con esa sabiduría, y por lo tanto, el camino y las decisiones que tomemos estarán más de acuerdo a ella.
Tratamiento de Reiki a uno mismo
Una de las formas de Reiki más valiosas y poderosas, es la posibilidad de darnos Reiki a nosotros mismos, a través del auto-tratamiento. El tratamiento a uno mismo de Reiki es una práctica muy sencilla, que consiste de 8 posiciones de las manos sobre nuestro cuerpo, unos 4 ó 5 minutos en cada posición. La base de la práctica de Reiki es este tratamiento de una media hora de duración, que es ideal hacerlo diariamente para obtener todos los beneficios que nos brinda. Para poder hacer esta práctica con uno mismo es “fundamental” haber recibido la “iniciación” en Reiki.
Los beneficios del auto-tratamiento de Reiki son muchos y muy importantes. A través de la práctica diaria y sostenida a través de los años, puedo dar testimonio de lo que Reiki es capaz de ayudarnos a transitar el camino de la vida, tanto en los momentos más felices como en los momentos más difíciles.
Algunas personas que se inician en Reiki, inmediatamente incluyen su práctica diaria en su vida y van profundizando cada vez más. Pero a pesar de que el auto-tratamiento es tan simple y poderoso, a algunas personas les cuesta mantener la constancia con la práctica. Muchos se dan cuenta de lo bien que se sienten luego de hacerla, pero así y todo, pasan los días y a veces se abandona la misma. En base a las experiencias compartidas con los practicantes de Reiki, las dificultades, las preguntas, y a veces la frustración por no poder sostenerlo, he reflexionado acerca de este fenómeno y comparto lo que percibo a continuación.
El mundo es tan complejo que la cantidad de información que circula es imposible de procesar. Esto incluye a la información concreta que se transmite en los medios de comunicación y las redes informáticas, que nos tienen atentos al afuera y nos llaman la atención gran cantidad de tiempo por día. Y también incluye la información sutil que circula entre nosotros, que contiene cuestiones emocionales, energéticas y espirituales. Somos una enorme red de seres conectados de muchas y diversas maneras: la palabra, los gestos, la energía, las intenciones, los pensamientos y las emociones. Todo eso circula sin cesar, nos llega, nos afecta, nos toca, nos genera más emociones y pensamientos. Y cada vez nos estamos haciendo más sensibles y con más posibilidad de captar esta información.
El auto-tratamiento de Reiki nos ayuda a entrar en contacto y a permanecer en ese contacto. Cuando hay tanta resistencia a ese contacto, a veces hay que hacer un esfuerzo extra por utilizar esta herramienta que tenemos ahí nomás, en nuestras manos. Pero una vez que nos encontramos a nosotros mismos y empezamos a sentir la necesidad de ese encuentro diariamente, es mucho más difícil dejar la práctica, y la práctica será cada vez más y más profunda.
Dar y recibir Reiki
La práctica de Reiki también se puede utilizar para dar y recibir energía a través de otros. A través de sus manos, una persona iniciada en Reiki puede dar un tratamiento a otra, y es también muy simple ya que consiste de 13 posiciones colocando las manos sobre el receptor.
El tratamiento de Reiki de una hora, permite que la energía vital actúe sobre todo el organismo y los efectos son tan variados como necesidades de cada uno. En general, después de una sesión de Reiki, se puede sentir un aumento de la energía, un nivel de calma y paz interior y un estado general de bienestar. Pero hay otros efectos profundos y sutiles también que se pueden manifestar los días siguientes y que aumentan si se sostiene la práctica.
Entre varias personas iniciadas en Reiki, se puede hacer lo que denominamos intercambio de Reiki, en el cual dos, o más personas dan y reciben Reiki durante una hora y media a dos horas. Mientras uno recibe los demás dan, y así van rotando. En este tiempo, todos están dando y recibiendo al mismo tiempo, ya que al canalizar la energía vital hacia otros, también estamos recibiendo lo que es necesario para nosotros.
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Espero te resulte de interes, Blanca
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