Autor: Cosmopolitan.com.au/ Adaptación: Carmen Martínez de Hita
Los
fracasos o las malas rachas no duran para siempre. Por ello, y por muy
dura que haya sido la experiencia, siempre es posible recomponerse y
salir del bache. Te damos los mejores consejos para conseguirlo:
1. Establecer metas
Después
de una derrota, lo más importante es establecer tus próximos objetivos.
Aunque, al principio, no te veas con fuerzas, el mero hecho de luchar
por ellos y conseguirlos te motivará para seguir. Lo mejor es proponerte
algo grande, algún reto para el que debas esforzarte. Además de
mantenerte motivada, estarás entretenida y no pensarás tanto en tus
desgracias.
2. Visualización positiva
Podemos
definir esta técnica como un proceso en el que se usa la imaginación
paraconseguir cumplir tus sueños o metas. Con ella, se atrae el éxito y
se aumenta la confianza en uno misma. Lo que puedes hacer es crear tu
propio tablón de los deseos en el que coloques tus metas, fotos y frases
motivadoras, próximos destinos a visitar y una lista de cosas que te
gustaría hacer. Cada vez que lo observes, un subidón de energía positiva
se apoderará de tu cuerpo y te alegrará el día.
3. Piensa en ti
Suena
un poco egoísta pero es obligatorio. Aprende a escuchar a tu cuerpo y
reconoce qué es lo que, tanto física como mentalmente, te hace falta.
Una vez lo descubras, dedica el tiempo que sea necesario. Puede que tu
espalda estuviera pidiendo un descanso y tu cita semanal con el
fisioterapeuta te esté aliviando los dolores que habías aguantado
durante años o que tu mente necesitase un hobbiecomo la pintura para
canalizar toda tu creatividad. Reserva ese tiempo para ti, sin
interferencias y notarás la diferencia.
4. Aprende de tus errores y controla tus sentimientos
Cuando
algo va mal, tenemos la tendencia a dejarnos caer en picado y hundirnos
en ese agujero. Es más, solemos centrarnos en los aspectos negativos y
regocijarnos en nuestra desgracia antes que buscar algo positivo. Lo que
hay que hacer es controlar esos impulsos depresivos y encontrar la
parte buena de las cosas. Eso nos ayudará a manejar la situación de una
forma adulta y responsable.
5. Hay cosas que no dependen de ti
Para
que quede claro, ni tú eres culpable de todo lo que te ocurre ni puedes
provocar que sucedan algunas cosas. Esquemáticamente resumimos qué es
lo que puedes controlar y lo que no. Lo que puedes controlar es tu
actitud a la hora de enfrentarte a los problemas, la dieta y la forma de
cuidar tu cuerpo y la gente que te acompaña. Sin embargo, no puedes
controlar lo que los demás opinan de ti (lo mejor que puedes hacer es
ignorarlo), el tráfico y el retraso de los transportes públicos, el
clima o la temperatura y la mala sangre de algunas personas que
intentarán pisotearte. Una vez hayas entendido esto, serás capaz de
enfrentarte a tu día a día con más fuerza y energía que antes.
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Espero que te sea de utilidad, Blanca
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