COMO PODEMOS AYUDARLO??
UNO.- Escucha a tu cuerpo.
No comas si no tienes hambre. En su lugar toma un zumo natural, una fruta, una
pequeña ensalada o un vaso de agua. De la misma manera, no pases hambre si
tienes apetito. Muchas personas planean sus horarios alimenticios en torno al
reloj y así comerán por ejemplo a las 8:00am, a la 1:00pm y a las 7:00pm.,
llueva o truene, con apetito o sin él. Es mucho más saludable establecer tus
horarios de comida alrededor de tu apetito y darle poca importancia al reloj.
Si tienes la costumbre de comer en horarios regulares cuando no tienes hambre,
tu hígado trabajará en exceso y básicamente sufrirá con excesivo ajetreo.
DOS.- Bebe de 8 a 12 vasos
diarios de agua mineral ya que ayuda a limpiar el hígado y los riñones y a
perder peso. El cuerpo necesita pequeños y frecuentes sorbos de agua, de otra
manera las células se encogen por deshidratación y sus membranas se secan. Las
personas que no beben agua corren un riesgo mayor de contraer la enfermedad de
Alzheimer. Evita grandes cantidades de líquidos durante las comidas.
TRES.- Evita consumir
grandes cantidades de azúcar, especialmente azúcar refinado, ya que el hígado
lo convertirá en grasa y colesterol. La grasa puede ser causante de
degeneración de los órganos o puede ser transportada a zonas tales como los
muslos, glúteos y abdomen para su almacenamiento. Llegará un momento en el que
los triglicéridos de la sangre serán demasiado elevados y esto está asociado
con un incremento del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Evita todos los edulcorantes
artificiales ya que son tóxicos para el hígado y causan hipoglucemia y fatiga.
Si necesitas comer algo dulce, toma fruta fresca, fruta escarchada, miel o
melazas.
CUATRO.- No te obsesiones
midiendo las calorías. Si sigues los planes de comida y alimentos de la Dieta
de Limpieza del Hígado, gradualmente tu hígado mejorará y en consecuencia, la
pérdida de peso.
Ignora la báscula del baño
ya que el objetivo es limpiar el organismo y rejuvenecer todo el metabolismo,
no solamente perder peso. La pérdida de peso vendrá de la mano con la mejora
del funcionamiento del hígado. ¿Por qué preocuparse mirando lo rápido o lo
lento que el cuerpo pierde peso?
CINCO.- Evita los alimentos
a los que puedas ser alérgico o que sepas por experiencias pasadas que no te
sientan bien.
Mastica la comida lenta y
concienzudamente, ya que la digestión empieza por la saliva cuando ésta se
mezcla con los alimentos en la boca.
A medida que se envejece, la
producción de ácido clorhídrico en el estómago es, a menudo, inadecuada para la
eficiente digestión de las proteínas. Esto puede solucionarse bebiendo un vaso
de agua que contenga una cucharadita de vinagre de sidra de manzana en todas
las comidas (que contengan proteínas).
SEIS.- Presta atención a la
buena higiene intestinal ya que el hígado debe filtrar y destruir cualquier
bacteria y virus presentes en la comida.
Demasiados organismos
dañinos, tales como la salmonella y la bacteria shigella, pueden dañarnos
seriamente e incluso dañar permanentemente el hígado. Para reducir este riesgo,
come alimentos que sean frescos, y evita el recalentamiento regular de los
alimentos, ya que un buen caldo de cultivo para las bacterias son los alimentos
cocinados, especialmente la carne. No calientes nunca la comida más de una vez.
Y siempre lávate las manos antes de comer.
Muchos alimentos procesados
y empaquetados están llenos de conservantes, y aún así contienen organismos
dañinos en estado latente. Tan pronto como estos alimentos llegan al intestino
los conservantes desaparecen y el virus empieza a crecer en el intestino. Evita
especialmente las carnes en todas sus modalidades.
SIETE.- No comas si te
sientes tenso o ansioso ya que durante estos estados la corriente sanguínea es
desviada de los intestinos e hígado a otras zonas del cuerpo.
OCHO.- Comprueba si cerca de
tu zona puedes adquirir productos biológicos frescos y libres de pesticidas. Si
consumes huevos y pollo, que sean siempre de corral.
Compra productos que
contengan ingredientes naturales y evita los alimentos procesados que contengan
sustancias químicas artificiales tales como conservantes, colorantes,
aromatizantes y edulcorantes artificiales.
NUEVE.- Obtén las proteínas
de diferentes fuentes, incluidas las legumbres. De todas formas hay muchos
platos en los cuales la proteína se obtiene de las legumbres, granos, cereales,
frutos secos y semillas. Las proteínas de primera clase procedentes de la
combinación de estas fuentes son tan completas como las proteínas de origen
animal y contienen los 8 aminoácidos esenciales.
Las legumbres son las
alubias (tales como la alubia de soja o las habas, etc.), los guisantes, los
garbanzos y las lentejas, que aportan proteínas de gran valor, ácidos grasos
esenciales, fibra, hormonas vegetales, minerales y vitamina B.
Semillas - linaza, girasol,
sésamo y calabaza, todas son unas excelentes fuentes de ácidos grasos
esenciales, proteínas, hormonas vegetales y fibra.
Las nueces son muy ricas en
grasas insaturadas y deberían comerse sólo frescas y crudas. Si han sido
peladas y expuestas al aire durante un tiempo prolongado su aceite se habrá
vuelto rancio. Compra nueces empaquetadas con fecha de caducidad o nueces con su
cáscara.
DIEZ.- Elige bien el pan y
el relleno. Es importante comer solamente pan de buena calidad en la Dieta de
Limpieza del Hígado.
Vete a una tienda de comida
natural y compra pan que no contenga sustancias artificiales. Si tienes el
colon irritable, consume pan de harina molida, ya que tiene una textura fina, y
está libre de pequeños granitos.
Prueba distintas variedades
de pan para reducir alergias, prueba el de centeno, de trigo, de maíz, de
avena, de cebada y demás que puedas encontrar en tiendas de alimentos
naturales. Para algo más ligero, prueba crackers de arroz, de centeno o pan de
pita sin levadura. Si eres alérgico a la levadura, consume pan sin levadura o
una barra de masa agria.
Durante la Dieta de Limpieza
del Hígado, es muy importante evitar la margarina y/o mantequilla, si necesitas
algo para extender sobre el pan utiliza aguacate fresco, humus o tahín.
ONCE.- Evita el
estreñimiento comiendo mucha fruta fresca y vegetales y bebiendo agua a lo
largo del día. Evitando el estreñimiento evitarás el crecimiento de organismos
no deseados en el intestino grueso. Para aumentar la cantidad de acidophilus
benignos y otras bacterias lactobacillus, puedes consumirlos en forma de yogur
de soja o en polvo.
DOCE.- Evita las grasas
saturadas o en mal estado. Estas grasas insalubres pueden dañar el hígado con
los cambios característicos de un "hígado obeso" similar a aquel de
los consumidores de alcohol.
Muchas personas preocupadas
por su línea intentan llevar una dieta completamente libre de grasa, aunque, si
esto se practica durante más de cuatro semanas, empezaran a aparecer síntomas
de deficiencia de ácidos grasos. Es más, las funciones del hígado y del
metabolismo se ralentizarán y conducirán a un fácil aumento de peso.
Los síntomas de deficiencia
de ácidos grasos son: piel seca e irritada, eczema, pérdida de cabello, dolor
articular, fertilidad reducida, incremento de la distracción, depresión y
pérdida de memoria, lento índice metabólico con aumento de peso, reducción de
las funciones inmunológicas, desequilibrio hormonal, degeneración del hígado,
fatiga, problemas circulatorios, enfermedades degenerativas, adelanto del
envejecimiento y alto porcentaje de triglicéridos.
Los mejores vegetales para
el hígado son la zanahoria y la remolacha (betabel) ya que contienen
antioxidantes incluyendo el betacaroteno, otros carotenoides y flavonoides
curativos que dan color a estos vegetales. Estas verduras antioxidantes tienen
un efecto limpiador y curativo para el hígado.
Asi que porque no, de vez en
cuando, ayuda a tu higado con un rico y delicioso jugo en ayunas de zanahoria
con betabel.
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Espero te sea de utilidad,
Blanca
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