Tomado de: http://www.elsiglo.com.ve/2015/04/12/como-amar-sexualmente-a-cada-signo/
Cada uno tiene sus particularidades; algunas cosas buenas y otras no tanto. ¿Qué debemos tener en cuenta para conocer en detalle a nuestra media naranja y enamorarlo? Los secretos de una astróloga.
La Astrología nos ayuda a desarrollar
una serena aceptación de los otros, siempre distintos a lo que
quisiéramos que fueran. Doce signos, doce cualidades diferentes, en
tiempos de más permiso para tener la libertad de ser auténticos con lo
que somos.
Es tiempo de permitirnos ser “nosotros
mismos” más allá del temor al rechazo. Si amamos a alguien, es bueno que
nuestro amor le permita desplegarse y no limitarlo. Amar es ayudar ser
fiel a la propia esencia, amar su particularidad y respetar aquello que
hace vibrar el corazón según cada signo zodiacal.
En este artículo hablaremos del signo
solar, para conocer más de cada uno es necesario realizar la Carta Natal
en donde aparecen más variables a tener en cuenta. Las personas que nos
atraen funcionan como imanes de la propia energía, ellos tiene
información para descubrir sobre nuestra propia alma. Para amar y
confiar en otro, primero es necesario amarse y confiar en uno mismo. La
Astrología propone descubrir al bailarín cósmico que somos, dejar de
querer imponer nuestro propio ritmo y aceptar el baile que propone el
cielo para esta vida.
Amar es aceptar al otro diferente, sin
que esa diferencia sea vivida como amenaza, así cada signo puede
desarrollar mejor su potencialidad. Para enriquecernos con lo nuevo que
el otro tiene para darnos, es necesario ser receptivos sin juzgarlo ni
asustarnos. Animémonos al coraje de amar al otro diferente sin querer
adaptarlo a nuestros deseos o someterlo a nuestros temores.
ARIES: Si en verdad amás a Aries deberás aprender a amar a un activo guerrero.
Aries es extremadamente deseante. Para
no sentir que su presencia te avasalla, será bueno que lo ayudes a
desarrollar la valentía de no tenerse miedo a sí mismo. Aries necesita
sumergirse en el propio deseo sin sentirse juzgado de temerario o
impaciente. Aries tiene una aspiración muy intensa y necesita
expresarla, si no lo hace, vivirá fantaseándola y anhelándola. Imaginalo
como un ser sediento en el desierto, sólo piensa en el agua, así Aries
sólo pensara en su deseo frustrado. Si amás a Aries, nada mejor que
dejarlo que explore y active sus ambiciones, que logre vivir aquellas
experiencias que tanto anhela para consumarlas y superarlas o para
dejarlo que se frustre y que él solo se obligue a re-orientar sus
propósitos. Deberás ser hábil para no convertirte en su freno o en su
juez. Es mejor que la vida misma sea su maestra, no pretendas
domesticar, encarcelar o enseñar a Aries.
TAURO: Si en verdad amás a Tauro deberás amar a un degustador de la vida.
No lo apures ni lo atosigues con tus
temas. Dale tiempo para que incorpore sus necesidades y para que
registre cada momento. Tauro necesita detenerse y observar cada detalle
sin ruidos ni apuros, precisa centrar su corazón en un ritmo pausado
logrando percibir la bondad de cada momento, de cada hecho. Tauro
incorpora la vida, aprecia la existencia como incondicionalmente bella.
Le hace falta, simplemente, estar allí en espacios de no agresión.
Solicita respetar sus ritmos para conectar en profundidad con el valor
de sus vivencias más simples, aquellas que solemos ignorar por
considerarlas triviales: una ducha aliviante, un cuerpo perfumado, un
rico sabor, un vaso con algo refrescante, un aroma o una música
revitalizante; con estos sencillos momentos logra re ciclarse. En lo
simple, Tauro obtiene energía, adquiere una misteriosa forma de conexión
vital, se vincula con la bondad fundamental y se re-genera en
fracciones de segundos.
GEMINIS: Si en verdad amás a Géminis deberás amar a un inquieto vinculante.
Géminis te invita a vivir en libertad,
es tiempo de volver a empezar, de animarte a ser cuestionado en todo lo
que creías ser y dejarte ser re-inventado. Géminis te incita a
redescubrir tu mundo, a ver más allá de mirar, a escuchar más allá de
oír, a sentir más allá de tocar. Necesita jugar, experimentar y siempre
variar, sin sentirse juzgado como inmaduro o inestable. En este
movimiento eterno, será difícil encasillarlo poniendo a prueba tus
intentos de control y de domesticación. Amar a Géminis es dejarlo mutar
en sus estados de ánimo sin sentirlos como amenaza o agresión hacia tu
persona. Nada es personal, está en su propio viaje de mutación de
identidad entre un gemelo sensible y el otro racional, siempre
cuestionándose y reorientándose. Si pretendés encerrarlo o encasillarlo,
será el peor infierno para Géminis y para aquel que esté a su lado.
CÁNCER: Si en verdad amás a Cáncer deberás amar a un protector de lo seguro.
Cáncer te invita a ir hacia la
profundidad de tu ser. Cáncer estimula al compromiso. Te influencia
rápidamente a definir que te proponés con la relación. Necesita
seguridad emocional, por tanto, precisa conocerte en profundidad
empujándote a estar al tanto de tus emociones más recónditas. Si amás a
Cáncer deberás ir hacia tu ser más esencial, a tu alma, a tu origen;
inclusive a riesgo de conectar con tus olvidadas heridas y tus viejos
dolores. Te liga con tu fragilidad para curarla, ayudando a construir un
amor sin lesiones ni rencores. Vale la pena este viaje hacia lo
desconocido de uno mismo pues en Cáncer has encontrado un ser donde
resguardarte de los fríos vientos del mundo, donde desarrollar una
ternura inusitada que puede re ciclar hasta al corazón mas endurecido.
LEO: Si en verdad amás a Leo deberás amar a un expresivo irradiante.
Leo te invita a la valentía de vivir en
contacto con el amor como cualidad y no como exclusivo de un vínculo.
Leo necesita ser fuente de ternura disponible para los demás. Has
encontrado a un ser que precisa expresarse desde lo más genuino para
reconocerse. Se retroalimenta del amor y la aceptación de su entorno.
Leo no teme a su sensibilidad, no se avergüenza de mostrar su corazón,
convierte la vulnerabilidad en pasión y la sensibilidad en apertura
hacia los otros. Si querés ser la fuente exclusiva de sus intereses, Leo
se marchita y se convierte en un tirano; si, en cambio, lo animás a
explorar su capacidad de resonar con otras almas, Leo florece y llena de
alegría su entorno. Dejalo volar sin miedo a la traición ya que podés
confiar en sus acciones y en sus palabras, has encontrado en Leo a un
ser a quien le resulta cómodo habitar la bondad y la decencia.
VIRGO: Si en verdad amás a Virgo deberás amar a un observador laberíntico.
Acompañar a Virgo no será tarea fácil,
estás ante un alto desafío. Virgo te invita a poner de lado todo anhelo
egoico desproporcionado y tener disposición a ocupar un lugar menos
protagónico. Son propias de su naturaleza las cualidades de servicio,
entrega y humildad, cosas que quizás puedan irritarte y las
malinterpretes como sumisión, debilidad de carácter o servilismo.
También puede sublevarte su lado crítico, meticuloso y obsesivo: Virgo
anhela un orden interno que nunca consigue e, instalado en la eterna
insatisfacción, suele observarte desde en una crítica mirada
perfeccionista y laberíntica. Lo logrado nunca alcanza, nunca es
suficiente. Esta enmarañada actitud puede alejarte de Virgo. Si lo amás,
debés trabajar la aceptación de su intrincada personalidad para
disfrutar de sus exquisitos talentos: la serena observación, el
receptivo estilo para captar dónde es necesario ayudar, el expectante y
reflexivo carácter que descubre la lógica de funcionamiento de las cosas
desde un lugar diferente y original. Desde esta receptiva mirada aporta
siempre su contemplación inteligente. Descubrirás la genialidad de sus
pensamientos y sugerencias. Su solidario corazón te ayuda a superar
actitudes dañinas y miserables.
LIBRA: Si en verdad amás a Libra deberás amar a un ser que siempre desea de a dos.
Junto a Libra deberás entender cómo es
vivir en un eterno doble vínculo entre las necesidades propias y las
ajenas. Libra se balancea entre lo que piensa y lo que siente, entre lo
que racionalmente corresponde y lo que capta intuitivamente. Necesita
integrar siempre intelecto y sensibilidad como dos polos de sí mismo que
se liberan y se potencian. Si amás a Libra, deberás transformar tu modo
individualista de vivir en el mundo para abrirte a los otros y a sus
necesidades. Aprender a sincronizar en igual medida la objetividad de tu
mente junto a un corazón inclusivo. Claridad y amor en su máxima
expresión con conciencia y compromiso en cada momento. Libra invita a
moverse de a dos, a encontrar la rítmica unión de mente y alma. Aunque
puede parecer excesiva la exigencia, vivirás la maravillosa calma de
este encuentro exquisitamente complementario donde puede descansar tu
alma fatigada. Agotado de oscilar buscando amor de un lado al otro, si
amás a Libra sentirás una aceptación integral, como un encuentro de
almas que se reconocen en su larga marcha.
ESCORPIO: Si en verdad amás a Escorpio deberás amar a un detective emocional.
A Escorpio se lo va develando de a poco.
El descubrimiento de su potente y compleja profundidad te mantendrá
atrapado e intrigado en sus misterios psicológicos. Profundo, sólido y
oculto como las raíces que esconden toda la fuerza vital de lo que
crece. Junto a Escorpio debés acceder a lo invisible, a lo que está bajo
tierra en su compleja personalidad. Escorpio no le teme a los desgarros
de la vida, más bien le intrigan, encuentra las dos caras en cada
situación, ante cada crisis o cada final se pregunta: ¿será muerte o
será renacer? Escorpio no puede olvidar, tiene una mente tan potente
donde no existe el pasado, todas las cosas son ahora. Sabe observar los
hechos en su totalidad con plena conciencia y contacto ante los momentos
más oscuros, que lejos de asustarlo lo excitan a convertirse en
buscador de nuevas respuestas trascendente. Te has enamorado de un
detective de la vida.
SAGITARIO: Si en verdad amás a Sagitario deberás amar a un buscador de la verdad.
Junto a Sagitario deberás lidiar con un
mundo de oscuridad pues suele proyectar los males en quienes lo rodean
por pretender ser pura luz. Quizás lo veas muy avocado en sostener con
fuerza a su familia y a su profesión, ocupado en el mundo de lo concreto
distrae su verdadero anhelo por lo místico. Confundiendo su pasión por
lo espiritual en logros mundanos, deambula insatisfecho entre conquistas
sociales siempre anhelando mayores logros. Cuando su mente valiente
logre entregarse a su alma, se liberará de su anhelo de poder social y
de su avidez económica para aventurarse a la grandiosa esfera de lo
espiritual. Cada vez que se golpee con los duros enfrentamientos al que
su espíritu caballeroso lo enfrentará en la vida cotidiana, deberás
aprender a correrte de ser el blanco de sus enojos. Maldecirá en forma
reiterada la avaricia y la codicia del hombre y, finalmente, si sigues a
su lado, lo verás cansado de su necesidad de reconocimiento social para
comenzar finalmente el maravilloso viaje de aventurarse a mirar hacia
arriba para ver a Dios cara a cara.
CAPRICORNIO: Si en verdad amás a Capricornio deberás amar a un constructor de la excelencia.
Junto a Capricornio desarrollarás
compasión y tolerancia ante su intento de imponer el poder de su verdad,
pareciendo exigente, dogmático y duro. Vive en contacto con lo que
percibe es el modo correcto “de hacer las cosas”, casi como lector de la
justicia divina. Capricornio vive anhelando que el mundo esté en paz,
ordenar cada situación y poner a cada persona en el lugar que le
corresponde. Puede generar, con esta actitud, muchos rechazos por
vivirlo como excesivamente moralista o autoritario. Si lográs estar a su
lado sin sentirte continuamente sentenciado o juzgado atravesarás su
muro defensivo para conocer su esencia a donde fluye sin problemas ante
cada situación por más difícil que esta sea. Capricornio desarmado de su
estilo sentenciante y autoritario es puro corazón, su ego se hace
transparente y reluce con energía compasiva y amor resplandeciente para
ponerse al servicio de tus necesidades. Comprometido y sincero has
encontrado a un excelente socio de la vida.
ACUARIO: Si en verdad amás a Acuario deberás amar a un buscador de lo diferente.
A su lado vivirás un amor desapegado
donde no hay extraños en el mundo, sólo amigos que aún falta abrazar. Su
esencia es inquieta y vinculante, no puedes encasillarlo a una rutina o
a un único interés. Amigos y actividades insólitas y variadas serán
necesarios para que Acuario pueda sentirse bien. Su mente va y viene
entre el presente y el futuro, cada tanto desconecta, se va un ratito y
después vuelve, no lo tomes como un desinterés, aceptalo como es.
Siempre interconectando con otros tiempos, con otros espacios, en
misteriosa unión con el futuro, en extraños silencios donde fecunda
originales mañanas. Ellos respiran la luz del futuro por lo que la
conexión con el presente puede resultarles incómoda aunque intenten
aceptarlo en rudimentario estado. Puede que se adapte a la formalidad y
al compromiso que le pedís, pero siempre resolverá de maneras diferentes
a lo pautado; si superás la tendencia a juzgarlo como rebelde o poco
comprometido, sus propuestas resultarán siempre más creativas y
liberadoras.
PISCIS: Si en verdad amás a Piscis deberás amar a un soñador resonante.
Muchas veces el pisciano puede mostrarse
muy reactivo o agresivo a modo de defensa ante su híper sensibilidad.
Junto a Piscis verás que tu razón se tambalea sin fundamentos frente a
los hermosos sueños que este signo te invita a vivir. Perdido en
actividades insustanciales e ilusiones enmarañadas, de pronto verás a tu
ser comenzando a buscar lo divino por sospechar que tu vida no se ha
realmente vivido. En estas mágicas búsquedas puede nacer lo inesperado y
encontrar nuevas esperanzas. Piscis te invita a superar la supremacía
de la mente racional para abrirte a los abismos de la sensibilidad y de
la intuición.
Si te animás a soltar la lógica intelectual, reconocerás
el cansancio de vivir identificado con tu ego y florecerá el amor en
cada esquina de tu alma. Cansado de tus propias vanidades percibirás que
para descubrir la magia del mundo hay que vencer la neurosis
individual. Sospecharás que el alma tiene sus propias intenciones con lo
que creemos que es nuestra vida. Con Piscis resignificarás lo que antes
nombrabas “fracaso”, pues muchas veces una ganancia para el alma
significa una pérdida para el yo. Te animarás a decir no a la rudeza y
al descuido, a superar la timidez y la vergüenza de mostrar tu amorosa
sensibilidad. Lograrás sentir la bondad en los huesos, en la cabeza y en
el corazón para reanimar la conexión con los demás de manera más
auténtica y cariñosa.
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Espero que te sea de utilidad, Blanca
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