Por
Es habitual pensar que otras personas
logran sus metas porque tienen suerte, cuando en realidad no siempre
depende de la suerte lograr lo que uno quiere. A veces es necesario
tener la determinación suficiente para tomar las riendas de la propia
vida y encaminarse con decisión hacia donde están tus sueños y
expectativas.
Como dice Juan Corbera: “es un
cambio de mentalidad y es asumir que las decisiones que has tomado en un
pasado no fueron las más acertadas y que hoy estás viviendo las
consecuencias de esas decisiones”
Ten presente que se puede cambiar la
mentalidad y enfocarse en el éxito. Lo que te pasa puede ser mirado
desde dos óptica: una pesimista y otra optimista. La pesimista lo único
que hace es paralizarte y no permite que veas las alternativas o las
soluciones de las que dispones. La optimista te permite ver lo bueno de
lo malo y comenzar a construir desde allí.
1. Busca tu objetivo
Siempre es necesario plantearse un
objetivo, una meta, una dirección hacia dónde ir. Analiza qué quieres
conseguir para tu vida y fíjate cuál es la mejor proyección para
encaminarte hacia allí.
Si estás un poco confundido y no sabes
muy bien lo que buscas, te aconsejo que en un papel anotes todo aquello
que quisieras ser, hacer y tener; cómo te gustaría verte en unos años en
lo personal, social, profesional, familiar y financiero. Sé realista al
anotar quién eres y cómo te encuentras actualmente (recuerda que el
autoengaño no conduce a nada positivo). Este panorama te ayudará a
determinar tu objetivo.
Debes conocer y ser consciente del punto
A en donde te encuentras, para que puedas marcar la ruta hacia tu punto
B, lo que quieres alcanzar.
Si este objetivo está muy alejado de tu
realidad actual, busca la manera de fraccionarlo y planteate metas
intermedias que te lleven a tu objetivo final de manera escalonada. Este
consejo es porque los cambios radicales generan miedo y la idea de
inalcanzable puede hacer que renuncies antes de comenzar.
Los pequeños triunfos dan sensación de
seguridad y te transmiten la confianza necesaria para seguir alcanzando
metas más ambiciosas.
2. Considera que está dentro de tus posibilidades
Aunque parezca increíble muchas veces
nos transformamos en nuestro propio saboteador considerando que no somos
capaces de tal o cual logro. Después de definir tu objetivo, es
fundamental que pienses que puedes lograrlo y decretarlo.
Esta actitud de decisión te ayudará a
tener un panorama más claro y te ayudará a ver con mayor claridad el
camino, porque surgen nuevos pensamientos que te ayudarán reconocer a
las personas, situaciones o circunstancias que te ayudarán a acercarte a
tu meta. Te mantendrá con energía para seguir adelante con tu
propósito.
- No puedo …
- No valgo …
- Soy torpe …
- Qué van a pensar …
- No lo merezco …
- Es mejor que abandone …
- Soy culpable …
- etc., etc.
Estos inicios de frases no te benefician
porque te impiden avanzar y te llenan de preconceptos paralizantes.
Déjalos de lado y plantéate el desafío de crecer y superarte más allá de
tus propios límites.
3. Abraza tu objetivo
Ahora que consideras que es posible y
que vas a luchar por él, abraza tu objetivo y genera concordancia entre
lo que piensas, sientes y haces. La convicción en tu meta te dará el
impulso necesario para continuar y permanecer en lo que esperas lograr.
Existe una nueva rama científica llamada
“neurociencia” que viene abriéndose camino y mostrando que cuando uno
abraza sus convicciones, crea conexiones neuronales positivas que te van
llevando por el camino que elegiste.
Es una especie de programación cerebral
que actúa a tu favor generando confianza y liberándote de actitudes
negativas. Favorecer este tipo de conexiones neuronales, mejora todos
los aspectos de la vida porque te mantiene con pensamientos positivos y
actitudes saludables que contribuyen a la obtención de logros.
4. Elabora tu plan de trabajo
A esta altura puedes sentarte a diseñar
el plan que te conducirá al objetivo tan anhelado. Como ya te dije, si
necesitas escalonar, hazlo para que puedas estar más tranquilo y seguro.
Establece el “paso a paso” de forma detallada y sigue lo que has
establecido.
Muchas veces es necesario corregir sobre
la marcha por lo que te aconsejo que pongas acción al plan y en la
medida que avanzas, evalúa el plan para corregir si es necesario.
La planificación deber ser abierta a
posibles modificaciones que optimizarán resultados. Considera que si no
tienes experiencia en el armado del “paso a paso” puedes equivocarte y
que en la medida en que lo transites, la experiencia que vayas ganando
te hará ver los posibles errores.
Detallar el “paso a paso” también
implica considerar prioridades; es decir, el primer paso será aquello
que tenga mayor importancia. Piensa que es como armar un plan de
entrenamiento físico, lo tendrás que hacer escalonado y lo prioritario
irá primero como por ejemplo hacer un chequeo médico antes de comenzar.
Has lo posible por establecer plazos de trabajo para cada paso y esfuérzate en cumplirlos.
5. A caminar se ha dicho
Ponte en marcha!
A estas alturas no puedes poner excusas porque ya está todo armado;
sólo resta poner acción masiva para que tus sueños comiencen a tomar
forma.
Colócate la ropa deportiva y sal a
correr para comenzar tu entrenamiento. No digas que tiene que
perfeccionar el plan porque, como ya te dije antes, ya tendrás
oportunidad de ir puliendo lo que haga falta.
Esta cuestión de decir “tengo que perfeccionarlo”
lo único que hace es postergar la acción sin necesidad. Son sólo
excusas. Por favor, no te conviertas en tu propio saboteador otra vez;
puedes hacerlo, tienes la capacidad para concretarlo el plan y ponerte
en marcha.
Sólo en lo te concentras, crece. Enfoca
tu energía con la vista puesta en la meta para que trabaje a tu favor y
no te disperses ni pierdas energía en vano pensando en las posibles
dificultades que ni siquiera han aparecido y que tampoco sabes si
aparecerán.
---------------------------
Espero te sea de utilidad, Blanca
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es valiosísima!!! Pero recuerda, las consultas personales no se responden por este medio.