Nicolás Tamayo
Fuente: http://elcaballogriego.wordpress.com/
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Creo que decir que alguien comprende la verdadera naturaleza de la realidad es pecar de ingenuo. Hay sabios en el mundo, y si hay algo que nos han dejado claro, es que la incertidumbre y la ignorancia que tenemos sobre el Universo es lo único seguro. Somos pequeños en un mundo/contexto quizás infinito.
Sin embargo, se puede hacer una
aproximación sencilla a algunas cosas que suenan a “verdad”. Dicen que
verdad es aquello que es útil en un momento y contexto dado. Hay
conocimientos e ideas que nos hacen sentido, que nos abren los ojos, que
resuenan y despiertan una felicidad dentro de nosotros. Esas cosas son
las que a continuación pretendo describir, siempre recordando que son
suposiciones y que no tengo la más mínima idea de si lo que estoy
expresando es cierto. Escribo con la esperanza de que estas palabras
puedan ser útiles.
La “realidad” responde a lo que
nosotros esperamos de ella. Es decir, vivimos es un escenario que es
maleable, modificable, una configuración energética que toma forma según
lo que nosotros, que somos creadores de realidad, queramos manifestar.
Nuestra mente viene siendo una herramienta que usa los pensamientos para
darle forma a lo que va pasando. En donde centramos nuestra atención,
allí va nuestra energía, y eso termina manifestándose en nuestra vida.
Somos seres espirituales viviendo una
experiencia terrena. El planeta y el Universo completo son una
“materialización” del espíritu. Por ende nuestra esencia es luminosa.
Encarnamos en este plano para realizar un aprendizaje. La realidad
terrena es sagrada, una verdadera escuela donde la principal tarea es
recordar lo que somos.
El Mundo de “afuera” es un espejo que
nos devuelve o refleja lo que llevamos “adentro”. Lo que nos molesta en
otros, es aquello que no toleramos de nosotros mismos. Nuestra
enfermedades y traumas nos están hablando de un proceso profundo que
necesita expresarse y que utiliza un lenguaje que podamos comprender. Un
cáncer en la garganta puede significar que nos hemos pasado la vida
guardando un secreto que tiene que salir o que no hemos sido capaces de
expresarnos adecuadamente.
La mente comprende la metáfora , y
más aún, se puede usar la metáfora (los símbolos) para canalizar
procesos internos. Dado que la realidad responde a la mente, y la mente
funciona utilizando símbolos, podemos hacer uso de los mismos para
expresarnos y sanar nuestros procesos. Por ejemplo: realizar ceremonias
para marcar fin/comienzos de ciclos. Otro ejemplo es lo que Alejandro
Jodorowsky llama “psicomagia”, que consiste en utilizar actos simbólicos
para deshacerse de límites mentales.
Somos parte de una trama energética.
Todo lo que hacemos, pensamos, decimos, todos los procesos de la
naturaleza tienen asociada una energía. Esa energía es la que se
materializa y se trasforma en nuestra realidad. Esa energía es
manipulable, canalizable, maleable, responde a nuestro pensamiento. Por
ende el lenguaje (hablado y simbólico) que es una forma de expresar una
energía, es creador de realidad. De aquí se desprende la importancia de
bien.decir (bendecir), hablar bien, usar cuidadosamente las palabras,
porque todo tiene una energía asociada y termina moviendo otras
energías.
La ciencia y la religión no son
enemigas. Los últimos avances de la ciencia (sobretodo de física
cuántica) dan luz sobre los conceptos que se han comentado. La realidad
es una trama energética y la materia responde al pensamiento. Religión y
ciencia tienen un punto en común: la espiritualidad. Si a la religión
le sacamos los dogmas, y a la ciencia le quitamos la racionalidad
extrema, ambas dejan ver que la naturaleza de la realidad se parece a lo
que ya hemos dicho.
Todo es Uno. Somos parte y todo al
mismo tiempo. Somos expresiones de un todo, dentro de cada átomo de cada
ser vivo y no vivo del Universo se encuentra en potencia el Universo
entero. Una semilla es un bosque. Es imposible hablar de
“individualidad”, somos seres interconectados, que dependemos unos de
otros. Las relaciones energéticas que nos conectan son la trama y motor
de la vida.
Lo que llamamos magia o eventos
“sobrenaturales” son solo aquellas expresiones de la realidad que
nuestra limitada percepción nos impide ver. Hay que abrirse a nuevos
lenguajes, hay que aprender a ver. Somos creadores, somos magos.
Estas ideas me han sido útiles y creo
que que he vivido situaciones donde he tenido atisbos de su veracidad.
Las comparto con la esperanza de que puedan ser útiles para otros.
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Espero te resulte de interés, Blanca
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