Por: Javier Iriondo
Publicado por: Albert Domènech
Tomado de: http://www.lavanguardia.com/vida/20160714/403168129333/cima-personal-pasos-javier-iriondo.html
Vivimos en la era del cambio, de la incertidumbre, algo que suele
generar estrés y ansiedad en una sociedad acostumbrada a la seguridad y a
la protección. Uno de los retos del presente siglo es el de saber
actualizarnos percibiendo los cambios como oportunidades, y no como
amenazas. Javier Iriondo, autor del libro
Los 10 pasos hacia tu cima personal (Zenith)
tiene claro que la única estrategia posible pasa por “adorar el
cambio”, ya que “si tienes miedo a los cambios vas a estar toda la vida
sufriendo”. Iriondo reflexiona en esta charla sobre los peldaños más
importantes a la hora de rediseñar nuestro mapa mental y encarar la
escalera hacia el desarrollo personal con un mayor control emocional. Y
es que si una cosa tiene clara el emprendedor es que “es absurdo esperar
que las cosas vuelvan a ser como antes”, esto es, tener claro que “el
agua del río no vuelve a subir”. La buena noticia es que sí que podemos
surfear en ella empezando por un primer y complejo peldaño: la
incertidumbre.
1- Surfear la incertidumbre y adorar el cambio
Javier Iriondo contextualiza este primer paso asegurando que
“venimos de un mundo donde la gente tenía un trabajo estable que duraba
40 años y no tenía preocupaciones sobre el futuro. Quizás tenía menos
expectativas, la vida era más rutinaria y el crecimiento personal no era
tan importante. La gente vivía cabreada con el mundo pero no había
tanto deprimido. Hoy en día ya no existe esa seguridad y todo el mundo
depende mucho más de sí mismo. Es la era del rendimiento personal donde
el cambio es constante”. ¿Cuál es el problema? Según el autor, “nos han
educado en una era donde el cambio era muy lento, todo el mundo se
adaptaba sin ningún problema, pero ahora el mundo se ha acelerado y
hemos entrado en la nueva era de la incertidumbre donde vas a tener de 5
a 20 trabajos distintos”.
"La profesión del presente y del futuro es la de reinventor"
Javier Iriondo
Iriondo constata que “hay una preocupación, una ansiedad en la
sociedad por este miedo a la incertidumbre, cuando nos han educado para
la era de la seguridad y la estabilidad. Lo único que te dará seguridad
y estabilidad es tu propio desarrollo personal, la seguridad de que
venga lo que venga vas a ser capaz de adaptarte, sin esperar que los
demás arreglen el mundo por ti”. Una primera lección que termina con una
nueva reflexión: “Surfear la incertidumbre y el cambio constante solo
es posible a través de la confianza en uno mismo y de adquirir una mayor
fortaleza mental. La profesión del presente y del futuro es la de
reinventor”.
2- Conocer nuestras emociones
Notorio es que el verbo es conocer, no controlar. “La calidad
de vida de una persona depende de la calidad de sus emociones, cuando
nos han convencido de que la calidad de nuestra vida depende de los
resultados”, asegura Javier Iriondo, quien cree que “los resultados no
tienen tanta incidencia como pensamos a nivel emocional”. El autor tiene
claro que “si solo vas a ser feliz cuando ganas, prepárate para ser
infeliz”, y eso es, según él, “porque en la vida aprendes más de la
derrota que de la victoria”.
"Si solo vas a ser feliz cuando ganas, prepárate para ser infeliz"
El emprendedor explica que “son los pensamientos los que crean
las emociones, nosotros mismos provocamos lo que nos pasa a través de
lo que estamos pensando. Y lo que estamos pensando depende de lo que
estamos tragando, de la información basura que estás entrando en tu
mente”. Iriondo deja claro que “no es cuestión de huir de los problemas,
sino de plantear alternativas. El problema, es que muchas veces no
dejamos de hablar del problema”.
3- Ser dueño de tu tiempo
Para el autor una de los puntos claves para vivir una vida
plena es saber cuáles son nuestras prioridades y hacia dónde vamos:
“Estamos bombardeados de información y la tecnología está causando
estragos a nivel mental. Nos levantamos y tenemos la intención de hacer
cosas, pero lo que ocurre es que nos desconectamos y tenemos un mundo
entero que está interrumpiendo nuestra concentración y nos desvía de
nuestras prioridades”. Para el autor, “la actividad constante no quiere
decir progreso si uno no tiene una dirección. Son muchas las personas
que acaban agotadas y asfixiadas porque no han parado un segundo pero
realmente , ¿qué han hecho?”.
"Si no sabes a dónde vas, no puedes llegar a ningún sitio"
Iriondo describe como algo capital “determinar un proyecto,
darle forma y tener una dirección. Si no sabes a dónde vas, no puedes
llegar a ningún sitio”. Para el autor, uno de los grandes problemas de
la sociedad actual es “la pérdida del enfoque y de la atención”. Se
trata, en definitiva, “de ser dueño de tu tiempo, tener menos dispersión
y ser más productivo, lo que reducirá el estrés”.
4- Encontrar la fuente de inspiración
El autor alerta de que todos, absolutamente todos, tenemos
momentos vitales en los que “perdemos el control de nuestra mente y nos
sentimos ahogados por las circunstancias, hasta que nos convertimos en
nuestro peor enemigo”. Son momentos de dudas donde falta la energía.
Llegado ese punto, Iriondo propone que nos hagamos estas preguntas:
“¿Por qué me voy a levantar?, ¿A quién quiero ayudar?, ¿Por quién estoy
dispuesto a sacrificarme?”. Para el autor, hablar de motivación
significa “tener claros cuáles son los motivos para pasar a la acción. Y
para ello cada uno tiene que tener claro qué es lo que le inspira en la
vida”.
"Cada uno tiene que encontrar a su fuente de inspiración y a su por qué"
Iriondo deja claro que “si tu no tienes un motivo, un objetivo
o un sueño, la mente automáticamente se va a los problemas, las
preocupaciones y los miedos. O pones rumbo a algún lugar, o la marejada y
el entorno te arrastrarán y te inculcarán la percepción de que el mundo
es un caos mayor de lo que es. Cada uno tiene que encontrar a su fuente
de inspiración y a su por qué”.
5- Superar los miedos
Los miedos son nuestro instinto de supervivencia, el problema
es que, con el tiempo, los hemos convertido en absurdos miedos
psicológicos. El autor tiene claro que “para superar los miedos tienes
que reconocerlos, es imposible arreglar un problema que no reconoces.
Cuando reconocemos los miedos, les quitamos poder”. Iriondo cree que
siempre serán mucho peores “las consecuencias de no enfrentarte al
miedo, que de haberse enfrentado a él”.
"Se trata de utilizar tus miedos como el motivo para hacer las cosas, no para huir de ellas"
El emprendedor lanza también esta reflexión: “Se trata de
utilizar tus miedos como el motivo para hacer las cosas, no para huir de
ellas. Si no te enfrentas a ellos, cada día te harás más pequeño. Si lo
haces, te conquistarás a ti mismo, ganarás confianza y usarás esos
miedos como motivo para pasar a la acción, no para evitarla”.
6- Abordar el miedo a no ser suficiente con la aceptación
Un miedo que, según el autor, “tiene todo ser humano y que
engloba a todos los miedos”. Iriondo cree que la mayoría “tenemos un
defecto de fábrica que consiste en intentar demostrar algo
constantemente para sentir que somos válidos. Pero nadie va a venir de
fuera para decírtelo, solo te sentirás suficiente cuando te des cuenta
de que no estás aquí para impresionar a nadie o satisfacer las
expectativa de los demás. Solo sucederá cuando te aceptes, con dudas y
miedos”.
"Cuando menos auténtico seas, más vas a sufrir"
Uno de los peligros de este siglo, según el autor, “es la
incongruencia que tiene la gente entre el mundo virtual y el mundo real.
Muchos venden su vida como si fuera un producto exponiendo solo su
mejor versión, escondiendo la realidad de su vida. Eso sí, puedes
engañar al resto del mundo, pero jamás a ti mismo”. Iriondo cree que esa
incongruencia “se está empezando a pagar a un precio muy alto”, algo
que, según él, es lastimoso ya que “cuando menos auténtico seas, más vas
a sufrir”. El autor cree que solo se puede empezar a crecer o a cambiar
a través de la aceptación.
7- Ampliar y mejorar la propia identidad
El autor indica que el motivo principal en la mayoría de los
suicidios es la pérdida de la identidad. “Si quieres hacer un cambio en
tu vida, pero no hay un cambio de identidad, vuelves a estar donde
estabas antes. Debes cambiar la propia percepción de cómo te ves a ti
mismo”. Para el autor, “uno tiene que ir ampliando y mejorando esa
autoimagen de uno mismo, esa identidad es como un pasaporte en la vida”.
"Debes cambiar la propia percepción de cómo te ves a ti mismo"
La pregunta es, ¿cómo podemos ampliar nuestra identidad?
Iriondo cree que se consigue “atreviéndonos a hacer cosas que hasta
ahora no hacíamos y demostrándonos que esa limitación estaba en tu
cabeza”. De esta forma, uno acaba rompiendo “las cadenas de la duda que
todos tenemos”.
8- Saber perdonar
Javier Iriondo confiesa durante la charla que los mayores
sufrimientos que ha visto son “de gente que no ha sabido perdonarse a si
misma, y cuando haces eso te estás robando la energía”. El autor tiene
claro que “el perdón no cambia el pasado, pero es la única manera de
avanzar hacia el futuro”.
"El perdón no cambia el pasado, pero es la única manera de avanzar hacia el futuro"
El emprendedor cree que también hay que saber perdonar a los
demás, “no porque muchas veces esa persona se merezca el perdón, sino
porque tú mereces sentirte en paz”. Iriondo cree que el perdón es “como
un fuego que si no lo apagas termina por quemarte. Perdonar implica
quitarse un peso de encima espectacular, es una cura”. El escritor
culmina diferenciado entre responsabilidad y culpa: “La responsabilidad
hay que asumirla, pero la culpa no sirve para nada”.
9- Saber tomar decisiones
Todos tomamos decisiones en nuestro día a día, y muchas.
Alguna de ellas son inconscientes. Lo que asegura Iriondo es que “si
algo no te gusta, debes tomar decisiones para intentar cambiarlo. Las
decisiones son lo que ha cambiado el curso de la historia”. Para el
autor, “muchas veces nos pasamos la vida esperando a que nos rescaten,
cuando aquí solo se rescata a los bancos. Somos los únicos que nos
podemos rescatar a nosotros mismos”.
"Si algo no te gusta, debes tomar decisiones para intentar cambiarlo"
El problema es que, muchas veces, “en un 80% de los casos”,
según el autor, solo nos planteamos las decisiones en el momento en el
que hemos tocado fondo. “Cuantas veces estamos señalando al mundo como
el culpable de todo lo que nos sucede pero no nos movemos de la queja”.
Para Iriondo, tomar la decisión implica abandonar esa queja y descubrir
“que hay algo más”.
10- Adquirir un compromiso y tener presente un cómo
Y el último peldaño tiene que ver con el paso a la acción.
Iriondo señala que después de la decisión “está el compromiso de pagar
el precio por llevar a cabo las acciones, y para mantener esa energía, y
ahí es cuando vas a necesitar el por qué”. Para el autor, el problema
es que “hacemos mucho más para evitar el dolor que para lograr algo”.
Iriondo cree que “ venimos de unos padres que querían que a sus hijos no
les faltaran de nada y que ha derivado en una generación con fragilidad
emocional y que es incapaz de superar las frustraciones”. El autor
concluye que “ahí es donde uno tiene que enfrentarse a sus propios
demonios y asumir responsabilidades y tomar decisiones. Si no tienes un
motivo, te abandonas”.
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Espero te sea de utilidad, Blanca
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