Tomado de: http://www.clarin.com/sociedad/libros-pintar-adultos_0_1499250382.html
El “arte antiestrés” amenaza con destronar a la autoayudaYa hay en el mercado al menos 15 títulos y varios se agotaron. Aseguran que benefician la actividad cerebral.
Los libros para pintar son el último boom
editorial. Pero no son los clásicos para chicos, sino para adultos. Y se
promocionan como una forma de terapia: el “arte antiestrés”. Una nueva
categoría que, en algunas editoriales, incluso superó al fenómeno de la
autoayuda.
La tendencia surgió en Inglaterra, despegó en Francia y se convirtió en un éxito internacional. Argentina lo vive en plena expansión. Por ejemplo, en la librería online Cuspide.com hay 29 títulos en venta --incluyendo los de mandalas y los de obras de arte para colorear-- con precios que van de 79 a 280 pesos. Según adelantaron a Clarín en varias editoriales, en los próximos meses saldrán al menos otros cinco títulos.
El precursor, y más famoso, es El jardín secreto, de la ilustradora escocesa Johanna Basford. Best seller mundial traducido a 14 idiomas, llegó a la Argentina en septiembre de la mano de V&R Editoras, ya va por la tercera edición y lleva vendidos 20.000 ejemplares. Otro título de esta autora, El bosque encantado, sale a la venta este mes.
También de Basford, El océano perdido se lanzó en diciembre: vendió 5.000 ejemplares y se agotó. “Fue nuestra gran apuesta del año y superó todas las expectativas. Es impresionante lo que pasa con los libros de arte terapia”, cuenta Juan Ignacio Pretini, encargado de comunicación de Ediciones Urano. En esa editorial, los libros para colorear están catalogados dentro de la temática “crecimiento personal”, y compiten con otros “tanques”, como los de autoayuda y los de ejercicios. En este momento, son los líderes del segmento.
¿Quiénes los compran? “Adultos de entre 20 y 50 años, en su mayoría mujeres: el 70% del público. Muchos se vuelven fanáticos, quieren más de un ejemplar, buscan y piden novedades”, describe María Facio, del área editorial de Music Brokers. Una de sus propuestas, El jardín encantado, ya lleva casi 20.000 ejemplares vendidos. Además, están distribuyendo 10.000 ejemplares de Into the air, con ilustraciones de Mart Aire, un referente mundial del arte callejero. Desde Penguin Random House preparan varias novedades, como el libro oficial para pintar de la serie Juego de Tronos y uno de 100 láminas para colorear.
Los libros para pintar son el último boom editorial. Pero no son los clásicos para chicos, sino para adultos. Y se promocionan como una forma de terapia: el “arte antiestrés”. Una nueva categoría que, en algunas editoriales, incluso superó al fenómeno de la autoayuda.
La
tendencia surgió en Inglaterra, despegó en Francia y se convirtió en un
éxito internacional. Argentina lo vive en plena expansión. Por ejemplo,
en la librería online Cuspide.com hay 29 títulos en venta --incluyendo
los de mandalas y los de obras de arte para colorear-- con precios que
van de 79 a 280 pesos. Según adelantaron a Clarín en varias editoriales, en los próximos meses saldrán al menos otros cinco títulos.
Para volcarse a estas páginas en blanco, no existe ninguna limitación de edad y lo pueden hacer tanto las personas sanas como las que sufren alguna afección cognitiva. Cualquiera sea el caso, la mejor recomendación es mantenerse activos mentalmente. Y los libros para pintar se presentan como una opción, como una nueva forma de terapia.
Carolina Mantesi: "Hasta la tapa pinté"
Carolina Mantesi (68) vive en San Martín y es jubilada. Una amiga le regaló El jardín encantado mientras estaba internada y se terminó fanatizando. “Vino y me lo trajo. Me encantó. Tuve muchos libros para pintar, pero ninguno de esta calidad y para gente grande. A mí me pasa que me engancho y se puede caer el mundo, pero lo quiero terminar. Te agarra una desesperación... Hasta la tapa pinté. Lo hice con fibra y estoy feliz por cómo me quedó. Es una hermosa obra de arte”, cuenta. La mujer reconoce que siempre tuvo inquietudes relacionadas con lo artístico. “Yo soy mano inquieta. Me encanta dibujar y pintar: hice cuadros al óleo y pintura country con acrílicos. Pintar uno de estos libros me hace acordar a los motivos que había para bordar, de ésos que hacían las abuelas, que eran terribles. La verdad que te transporta, te alegra. Lo tengo en la mesita de luz y en cuanto tengo un rato me siento a pintarlo”, dice. Para Mantesi, pintar es una terapia: “Si vos estás maquinando en algo, te metés en esto y te olvidás. Tiene mucho detalle, estás como 20 años para hacer una página, pero la verdad que es hermoso. Al que le gusta pintar de chico le gusta de grande. Cuando uno es grande, con los compromisos que tiene, le cuesta un poco más”.
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Espero te sea de utilidad, Blanca
El precursor, y más famoso, es El jardín secreto, de la ilustradora escocesa Johanna Basford. Best seller mundial traducido a 14 idiomas, llegó a la Argentina en septiembre de la mano de V&R Editoras, ya va por la tercera edición y lleva vendidos 20.000 ejemplares. Otro título de esta autora, El bosque encantado, sale a la venta este mes.
Leé también: El libro para dormir nenes que es furor mundial
¿Quiénes los compran? “Adultos de entre 20 y 50 años, en su mayoría mujeres: el 70% del público. Muchos se vuelven fanáticos, quieren más de un ejemplar, buscan y piden novedades”, describe María Facio, del área editorial de Music Brokers. Una de sus propuestas, El jardín encantado, ya lleva casi 20.000 ejemplares vendidos. Además, están distribuyendo 10.000 ejemplares de Into the air, con ilustraciones de Mart Aire, un referente mundial del arte callejero. Desde Penguin Random House preparan varias novedades, como el libro oficial para pintar de la serie Juego de Tronos y uno de 100 láminas para colorear.
Los fanáticos de estos libros aseguran que hacen bien al cerebro. La licenciada Clara Miraldi, del Departamento de Terapias Basadas en las Artes de INECO, coincide. “Son una forma de estimular y poner en juego la activación de las funciones cognitivas: la atención, la concentración, la memoria y las funciones ejecutivas, desde la creatividad de cada persona”, detalla, y agrega que pueden vehiculizar tensiones, malestar y emociones que muchas veces son silenciadas.
Santiago O’Neill y Natalia Sierra, del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, dicen que pintar estos dibujos “podría generar varios beneficios a nivel cognitivo. No se han realizado estudios específicos que demuestren el beneficio directo de colorear en el cerebro adulto, pero sí sabemos que el cerebro tiene la capacidad esencial de transformarse a partir de la experiencia”. ¿Es un ejercicio similar a hacer crucigramas? “Es diferente, ni mejor ni peor. Se ponen en juego otras áreas cognitivas”, responde O’Neill, que es el jefe de Neurología Cognitiva del instituto. Enumera algunos requisitos para que la actividad sea productiva para el cerebro: debe ser placentera, constituir un desafío e involucrar la mayor cantidad de funciones posibles. Cuando se torna rutinaria, deja de ser tan beneficiosa.
Para volcarse a estas páginas en blanco, no existe ninguna limitación de edad y lo pueden hacer tanto las personas sanas como las que sufren alguna afección cognitiva. Cualquiera sea el caso, la mejor recomendación es mantenerse activos mentalmente. Y los libros para pintar se presentan como una opción, como una nueva forma de terapia.
Carolina Mantesi: "Hasta la tapa pinté"
Carolina Mantesi (68) vive en San Martín y es jubilada. Una amiga le regaló El jardín encantado mientras estaba internada y se terminó fanatizando. “Vino y me lo trajo. Me encantó. Tuve muchos libros para pintar, pero ninguno de esta calidad y para gente grande. A mí me pasa que me engancho y se puede caer el mundo, pero lo quiero terminar. Te agarra una desesperación... Hasta la tapa pinté. Lo hice con fibra y estoy feliz por cómo me quedó. Es una hermosa obra de arte”, cuenta. La mujer reconoce que siempre tuvo inquietudes relacionadas con lo artístico. “Yo soy mano inquieta. Me encanta dibujar y pintar: hice cuadros al óleo y pintura country con acrílicos. Pintar uno de estos libros me hace acordar a los motivos que había para bordar, de ésos que hacían las abuelas, que eran terribles. La verdad que te transporta, te alegra. Lo tengo en la mesita de luz y en cuanto tengo un rato me siento a pintarlo”, dice. Para Mantesi, pintar es una terapia: “Si vos estás maquinando en algo, te metés en esto y te olvidás. Tiene mucho detalle, estás como 20 años para hacer una página, pero la verdad que es hermoso. Al que le gusta pintar de chico le gusta de grande. Cuando uno es grande, con los compromisos que tiene, le cuesta un poco más”.
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Espero te sea de utilidad, Blanca
El precursor, y más famoso, es El jardín secreto, de la ilustradora escocesa Johanna Basford. Best seller mundial traducido a 14 idiomas, llegó a la Argentina en septiembre de la mano de V&R Editoras, ya va por la tercera edición y lleva vendidos 20.000 ejemplares. Otro título de esta autora, El bosque encantado, sale a la venta este mes.
(El stand de una librería, repleta de libros para colorear. Foto: Clarín/Lorena Lucca).
También de Basford, El océano perdido
se lanzó en diciembre: vendió 5.000 ejemplares y se agotó. “Fue
nuestra gran apuesta del año y superó todas las expectativas. Es
impresionante lo que pasa con los libros de arte terapia”, cuenta Juan
Ignacio Pretini, encargado de comunicación de Ediciones Urano. En esa
editorial, los libros para colorear están catalogados dentro de la
temática “crecimiento personal”, y compiten con otros “tanques”, como
los de autoayuda y los de ejercicios. En este momento, son los líderes
del segmento. Leé también: El libro para dormir nenes que es furor mundial
¿Quiénes los compran? “Adultos de entre 20 y 50 años, en su mayoría mujeres: el 70% del público. Muchos se vuelven fanáticos, quieren más de un ejemplar, buscan y piden novedades”, describe María Facio, del área editorial de Music Brokers. Una de sus propuestas, El jardín encantado, ya lleva casi 20.000 ejemplares vendidos. Además, están distribuyendo 10.000 ejemplares de Into the air, con ilustraciones de Mart Aire, un referente mundial del arte callejero. Desde Penguin Random House preparan varias novedades, como el libro oficial para pintar de la serie Juego de Tronos y uno de 100 láminas para colorear.
Los fanáticos de estos libros aseguran que hacen bien al cerebro. La licenciada Clara Miraldi, del Departamento de Terapias Basadas en las Artes de INECO, coincide. “Son una forma de estimular y poner en juego la activación de las funciones cognitivas: la atención, la concentración, la memoria y las funciones ejecutivas, desde la creatividad de cada persona”, detalla, y agrega que pueden vehiculizar tensiones, malestar y emociones que muchas veces son silenciadas.
Santiago O’Neill y Natalia Sierra, del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, dicen que pintar estos dibujos “podría generar varios beneficios a nivel cognitivo. No se han realizado estudios específicos que demuestren el beneficio directo de colorear en el cerebro adulto, pero sí sabemos que el cerebro tiene la capacidad esencial de transformarse a partir de la experiencia”. ¿Es un ejercicio similar a hacer crucigramas? “Es diferente, ni mejor ni peor. Se ponen en juego otras áreas cognitivas”, responde O’Neill, que es el jefe de Neurología Cognitiva del instituto. Enumera algunos requisitos para que la actividad sea productiva para el cerebro: debe ser placentera, constituir un desafío e involucrar la mayor cantidad de funciones posibles. Cuando se torna rutinaria, deja de ser tan beneficiosa.
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