Fuente principal: “Vampiros Emocionales” de Albert J. Bernstein
“Están ahí afuera, disfrazados de gente normal, hasta que sus necesidades internas los convierten en depredadores. No buscan vuestra sangre, sino vuestra energía emocional.
Tienen
el poder no solo de exasperaros, sino de hipnotizaros, de obnubilaros la
mente con promesas falsas hasta enredaros en sus hechizos. Los vampiros emocionales os atraen para luego vaciaros.
Los vampiros emocionales son vecinos cálidos y cordiales delante de vosotros, que a vuestra espalda extienden rumores.
Al
principio, parecen mejores que las personas corrientes. Son brillantes,
encantadores. Os caen bien, confiáis en ellos, esperáis más de ellos que
de otras personas.
Esperáis más, pero recibís menos y al final os capturan.
Los invitáis a que entren en vuestra vida y rara vez os dais cuenta del
error hasta que han desaparecido, dejándoos vacíos, las carteras vacías
o, quizá, el corazón roto. Aún entonces os preguntáis… ¿Serán ellos o
yo? Son ellos. Vampiros emocionales.”
Extracto de la obra “Vampiros Emocionales” de Albert J. Bernstein.
Al igual que el resto de uniones que desarrollamos a lo largo de nuestra vida, los vínculos emocionales crecen de una u otra forma según cómo sean alimentados. Naturalmente,
si les damos de comer tristeza, envidia, quejas o enfados constantes,
lo que haremos será crear vínculos poco saludables.
De sobra es
sabido por todos que hay relaciones que pueden ser excesivamente
perjudiciales para nosotros, generando un drama de enormes dimensiones y
atentando contra nuestro equilibrio emocional.
Hay personas que, intencionalmente o no, pueden hacernos sentir deprimidos, abrumados, enfadados e incluso aniquilados.
Lo cierto es que, sin estrategias eficaces de autodefensa para mantenerlos a raya, somos un suculento plato para los manipuladores emocionales,
lo que hace que acabemos desarrollando comportamientos y síntomas poco
saludables (comer en exceso, aislarse, cambiar de humor fácilmente,
sentirse constantemente fatigados…).
Se les ha
llamado de muchas maneras: personas tóxicas, vampiros o depredadores
emocionales, parásitos, etc. Sea como sea, aunque esta clasificación no
tenga base científica, hay personas que agotan y nos hacen entrar en un estado de hundimiento emocional que nos resulta difícil de sobrellevar.
“No son intrínsecamente malos, pero su inmadurez les permite operar sin pensar si sus actos son buenos o malos.” Albert J. Bernstein
A continuación, os definimos 5 tipos de personas que intoxican nuestras emociones, chupando nuestras energías como un vampiro y acechándonos como si de un depredador se tratase.
1. La persona pasivo-agresiva
Son expertos en maquillar y azucarar la hostilidad. Expresan su enfado con una sonrisa en la cara o con excesiva preocupación, pero siempre con una templanza que exaspera.
Gran parte
de nosotros ha usado esta técnica alguna vez pero, sin embargo, estas
personas abusan de ella, provocando que perdamos los papeles ante ellos.
La mejor estrategia de autodefensa es dirigir su comportamiento, manteniendo plenamente nuestras convicciones, creando límites y haciéndolos valer.
Merecemos ser tratados con amor y sinceridad y no debemos permitir que nos hablen “como si nos estuviesen perdonando la vida”.
2. La persona narcisista
Se creen el centro del universo. Son egocéntricos, vanidosos y están hambrientos de admiración y atención. Pueden mostrarse como personas inteligentes y encantadoras, hasta que ven amenazada su condición de gurú, de ejemplo a seguir o de autoridad intelectual.
Pueden trabajar como personas entusiastas y creativas mientras vuestros objetivos coincidan. Sin embargo, cuando las necesidades son incompatibles, sacan sus colmillos.
Dado que su lema es “yo primero”,
enfadarnos o expresar de forma asertiva nuestras necesidades no tendrá
ningún efecto sobre ellos. Ya que suelen carecer de empatía, o la tienen
bien enterrada, pueden tener dificultades para entender el amor
incondicional fuera de sí mismos. Ellos son lo primero y, cuando no lo
sean, crearán conflicto.
Así es que
la mejor autodefensa es disfrutar de sus buenas cualidades, pero siendo
realistas a la hora de plantear nuestras expectativas con respecto
a ellos. Mientras tanto, no dejes que te aplasten ni que te hagan sentir
inferior, entiende que su narcisismo es su necesidad.
Puedes conseguir su cooperación siempre que apeles a su propio interés y les muestres cómo tu solicitud les beneficiará.
3. La persona furiosa
Este vampiro se ocupa en el oficio de acusar, de atacar, de humillar, de criticar y de crear conflicto. Son adictos a la ira, retienen a la gente y la castigan con frecuencia. Pueden llegar a romperte en mil pedazos con su furia.
La mejor estrategia de autodefensa es proteger tu autoestima para que su ira no se la lleve por delante. Tómate tu tiempo, crea pausas y respira. Trata de mantenerte equilibrado ante sus ataques y no respondas hasta que no estés calmado.
De esta
manera, conseguirás desarmar a esta persona, haciéndole que tome
conciencia de la importancia de reconocer y de atender a tu opinión
sobre el asunto.
Estas personas sufren mucho con sus ataques. Atendiendo de manera calmada a sus peticiones lograremos empatizar con ellos.
4. La persona mártir
Los mártires son los reyes y reinas del drama. Los podemos encontrar en cualquier parte. Ellos saben cómo hacer que te sientas mal por algo. Están constantemente presionando los botones de la inseguridad y echando sal en tus heridas.
La mejor autodefensa es trabajar la idea de que tenemos que ser perfectos y responsables en todo momento. Todo
el mundo comete errores. No obstante, cuando te sientas culpable por
algo, lo mejor es apartarse a otro lugar, reflexionar sobre lo que nos
duele y llorar si es necesario.
También puedes responder a sus ataques con una declaración positiva como la siguiente: “Comprendo tu punto de vista., pero cuando dices __ hieres mis sentimientos. Te agradecería que no lo siguieses haciendo”.
5. La persona celosa y chismosa
Son las personas entrometidas, esas que se deleitan hablando de los demás a sus espaldas, arrastrando su reputación y difundiendo rumores maliciosos. Cuando hacen esto, todo el mundo a su alrededor se siente humillado y menospreciado.
La mejor autodefensa es no preocuparse por lo que esa persona dice de nosotros y no tomarse sus chismes como algo personal. La actitud correcta es subir un escalón e ignorarlos.
Por otro
lado, si estamos en un grupo y comienzan a hablar sobre alguien, lo
mejor es cambiar de tema y nunca compartir ningún chisme.
No obstante, es adecuado dejarles claro que sabes lo que están haciendo y que eso no te hace bien. Podemos dirigirnos a ellos y decirles algo así como “Tus comentarios son hirientes. ¿Cómo te sentirías si dijesen eso de ti? Por favor, deja de hablar sobre mí” .
Identifica a las personas que te causan dolor emocional y genera tus mecanismos de autodefensa para que no se cobren tu bienestar psicológico.
----------------Tomar distancia y alejarse de las personas complicadas mejora la salud.
Espero te sea de utilidad, Blanca
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es valiosísima!!! Pero recuerda, las consultas personales no se responden por este medio.