Feliz inicio de semana! Continuando con el artículo de la semana pasada... Hoy Cáncer, Leo y Virgo.
Presentamos distintos ejercicios especialmente preparados para aquellos que poseen un mínimo de conocimientos astrológicos, cuya práctica les permitirá introducirse en la esencia de sus signos solares..
CÁNCER:
Vean otra vez al niño jugando en el espacio. Esta muy interesado en lo que hace. Construye formas cada vez mas complejas con sus cubos de luz y de sombra. Y con sus combinaciones ha hecho una esfera. Vean sus manos trabajando en ella. La esfera es el planeta Tierra. Girando en el espacio rodeado de estrellas. Acérquense a ella. Cada vez mas. Vean lo que el niño ha construido con la luz y con la sombra. Es de noche. La Luna esta creciendo en el cielo. Ustedes están llegando a una jungla. Sus árboles son gigantescos. Llenos de vida. Pero todo es muy oscuro. Apenas pueden adivinar las formas en la noche. Esa masa oscura esta llena de sonidos, de movimientos. Percíbanlos. Es la vida de la selva. Amenazante. Peligrosa. Pero ahora vean un claro entre los árboles. Allí hay luz. Es una aldea. Acérquense a ella. Es pequeña. Esta defendida por una fuerte empalizada. Rodeada por un foso y en la entrada hay un puente levadizo. Hay guardianes fuertemente armados protegiéndola. Entren a la aldea. Crucen el puente. Comiencen a recorrer las callejuelas. Escuchen voces, ruidos. Vean luz, perciban movimiento. Sientan olor a comida. Allí hay mucha gente. Hombres, mujeres, niños, ancianos. Están todos sentados en el centro de la aldea. Alrededor de un gran fuego. Vean sus llamas elevándose, sus brasas. Perciban su calor protector. Al lado del fuego esta el estandarte de la aldea y allí están todos. Hablan, ríen. Comen. Juegan. Cantan con hermosas voces. Las madres amamantan a sus hijos. Allí todos se conocen. Perciban como se sienten seguros, como confían uno en el otro. Vayan entrando en alguno de los habitantes de la aldea. Ustedes son uno de ellos. Escuchen los relatos de las mismas viejas historias compartidas. Sientan el calor del fuego en su piel y en su cara. Sientan el sabor de la comida. El olor. Perciban como allí todo es conocido. Desde siempre. (En esos rostros hay tantos recuerdos! De alegrías, de tristezas. De peleas, de afecto. Allí con ellos ustedes se sienten seguros. Es su vida. Vean cuan diferentes son uno del otro. Y sin embargo esa sensación de unidad. De afecto entrañable. Allí no tienen miedo a nada. Se sienten muy bien. En paz. Pero sus ojos van hacia la noche, hacia la selva y sus ruidos, allí esta el temor. Allí esta lo desconocido. Sienten ganas de abrazarse con todos los demás. De estar muy juntos a ellos, sin miedo. Al lado del fuego. Quieren permanecer para siempre allí. No separarse nunca de ellos. Pertenecer a la aldea.
LEO:
Vean nuevamente la aldea. Esta amaneciendo. Todos duermen alrededor de los restos del fuego, abrazados unos con otros. Pero alguien esta despierto. Un hombre mira hacia la selva. Quiere conocerla, quiere entrar en ella. Solo. Se siente diferente a los demás. La selva lo atrae irresistiblemente. Véanlo muy erguido, saliendo de la aldea, cruzando el puente, atravesando el claro. Esta entrando en la jungla, llena de vida, llena de misterio. Escuchen sus ruidos. Perciban la frescura del follaje. Vean como la luz del amanecer penetra en la oscuridad. Y vean como el hombre se abre paso, alejándose para siempre de su aldea. En su camino va encontrando extraños objetos. Son objetos de poder. Primero se encuentra con un par de cuernos de toro. Y se los pone en la cabeza. Luego, una piel de león, y se cubre los hombros con ella. Mas tarde encuentra plumas de águila y se las coloca en la espalda. Como alas. Y sigue adelante, hasta que llega a otro claro. Allí hay una colina. Y sube por ella. Desde la cima mira a lo lejos. Su corazón se agita. Apenas puede percibir la aldea a la distancia. Ha llegado donde nadie se había atrevido antes. Su pecho estalla de alegría, de entusiasmo, se siente lleno de fuerza, de valor. A su alrededor hay cuatro formas de piedra. Son estatuas toscas, sin terminar, dispuestas en cuadrado. El esta en el centro, con sus atavíos. Una piedra tiene la forma de un toro. Otra parece un león. La tercera se asemeja a un águila. Y la cuarta tiene el aspecto de un hombre. Acérquense a nuestro personaje que esta entre las cuatro enormes estatuas. Entren en el. Sean el. Véanse en el centro, sobre la colina y miren alrededor. Vean donde han llegado. Sientan su corazón latir. Se sienten poderosos, diferentes. El sol brilla con fuerza sobre ustedes. Y tienen ganas de moverse, de danzar. Dancen. Dancen llenos de entusiasmo, llenos de fuerza. El corazón les late en el pecho. Y miran el sol que brilla en el cielo. No pueden contener un grito que les sale de la garganta. Yo. Yo soy. Yo soy yo. Dancen y griten. Yo soy yo. Hasta que se van calmando. Poco a poco se serenan. y mirando en todas direcciones dicen una vez mas: yo soy yo. Y con esa fuerza descienden la colina. Para alejarse cada vez mas de la aldea. Van hacia lo desconocido. Están solos. Nadie puede acompañarlos. Muy solos. Sabiendo quienes son.
VIRGO:
Vean otra vez a nuestro personaje, caminando seguro, desafiante, con sus atavíos. A atravesado toda la selva y ahora se encuentra en medio de un campo de trigo dorado. Ante el se eleva una cadena de montañas. El valle en el que esta encerrada su aldea ha terminado. Las montañas le impiden seguir avanzando. Pero el se dispone a ir mas allá. Nada puede detenerlo. Vean como sube a las montañas. Paso a paso. Vean las rocas empinadas, cada vez mas. Y vean ahora como resbala, como cae y se golpea, y como se incorpora nuevamente y vuelve a subir. Pero otra vez cae. Rueda montaña abajo y se golpea otra vez. Esta lastimado, sucio, sangrando. Pero sigue intentándolo. Una y otra vez. Y una y otra vez va a caer. Siente que no puede. Que no puede. Esta muy lastimado. Herido. Véanlo mirando impotente a las montañas. Esta llorando. Esta agitado y ya no puede mas. Vean como se tiende sobre la tierra, boca abajo, llorando, se aferra a ella. Nada puede hacer. Se abraza a la tierra. Mírenlo otra vez. Esta como inconsciente. De su boca comienza a salir un delgado hilo. Y vean como comienza a envolverse con ese hilo. Lentamente, laboriosamente, el hilo rodea sus piernas, su torso, sus brazos. Su cabeza describe amplios círculos y el hilo lo va recubriendo, rodeándolo, cada vez mas firme, hasta inmovilizarlo. Es como un gusano que esta tejiendo su capullo. y sigue envolviéndose en el, hasta que el capullo va adquiriendo formas definidas alrededor de su cuerpo, hasta quedar terminado. Inmóvil. Parece una estatua. Una figura imponente. Tiene garras de león. Patas de toro. Alas de águila. Y su rostro se ha transformado. Es el rostro de una mujer, absolutamente inmóvil. Es una esfinge. Véanla en su misterio. Pétrea, rodeada de montañas. Solo sus ojos de mujer tienen vida. Ha terminado su trabajo y ahora espera serenamente. Entren en la esfinge. Sean la esfinge. Sientan su cuerpo de esfinge. Están muy quietos. Solo sus ojos se mueven y todo lo ven, todo lo escrutan, atentamente. Y ahora sus ojos van hacia adentro. Vean en su interior, todo es oscuro, como una caverna. Sin luz. Pero entre esas sombras hay una extraña actividad. Algo esta sucediendo aunque no pueda verse externamente. Atrévanse a percibir en su interior de Esfinge. Sientan como son tan solo un envoltorio, un capullo. Y algo se esta gestando en su interior. Percíbanlo. Crece muy despacio. Se nutre de ustedes. Su cuerpo de esfinge protege el trabajo invisible, la actividad oculta. En la quietud . En la espera. Afuera el sol esta brillando y un rayo de luz penetra por sus ojos. Sientan el calor del sol en su interior. Sientan la luz solar trabajando adentro de ustedes, en su corazón. Esa luz también son ustedes. Ocultos. Latentes. Ignorados por su conciencia, pero activos, trabajando. En la espera.
Seguimos la semana próximo con 3 signos siguientes,
Un besito
Blanca
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