Feliz inicio de semana! Finalizando el artículo de las últimas semanas... Hoy Capricornio, Acuario y Piscis.
Presentamos distintos ejercicios especialmente preparados para aquellos que poseen un mínimo de conocimientos astrológicos, cuya práctica les permitirá introducirse en la esencia de sus signos solares..
El jinete y su caballo blanco siguen en su carrera. Tras la flecha, meta tras meta. No están cansados. Véanlos frescos, enérgicos, siempre adelante. Pero ahora, ante ellos aparece una enorme montaña. Oscura. Sus picos nevados se recortan contra el cielo azul. En su cima ustedes pueden distinguir un hermoso resplandor. Luz. Es la misma montaña que vio inmensamente lejos, la hermosa mujer en libra. La misma de la cual emano el rayo de potentísima luz que dio en la espada del guerrero en Escorpio. Ahora esta allí. Imponente. Ha sido alcanzada. La flecha de fuego se hunde en el resplandor de su cima. El jinete y el caballo blanco se detienen a sus pies con los ojos puestos en la cumbre. Ya no pueden avanzar juntos. Vean como el jinete desciende de su cabalgadura. Debe abandonar a su caballo. De una alforja toma una capa y una capucha, y se cubre con ellas. Se aleja del caballo blanco y se dispone a iniciar la subida. Lentamente. Vean las enormes rocas entre las cuales se abre paso... Sigue estrechos senderos, apenas insinuados. Va poniendo un pie tras del otro, cuidadosamente, con esfuerzo, silencioso, concentrado. Sientan el frió de la montaña, el viento punzante que los golpea. Hay niebla delante de ustedes. Y sigan avanzando paso a paso, incansablemente. Sin mirar a los costados. Siguiendo el sendero, bordeando abismos. Trepando por las rocas, siempre hacia arriba, con esfuerzo, lentamente. Vean como aparecen pequeños torrentes de aguas cristalinas, con hermosos peces en ellos. Sus pies se hunden en esas aguas, pero no pueden detenerse, siguen adelante. Envueltos en su manto, cubiertos por su capucha. En el frió cada vez mas intenso, el viento cortante, la niebla espesa. Están muy solos, terriblemente solos. Solo pueden ver las rocas y la inmensidad de la montaña, los abismos. Casi no hay sendero. Parece imposible pasar por allí, pero no pueden detenerse, deben llegar y avanzan. Avanzan hacia el resplandor que aparece tras la niebla. No tienen conciencia de cuanto tiempo ha pasado, están muy cansados. Pero la cima esta allí. La han alcanzado. Esta enfrente de ustedes, al otro lado de un abismo. Mírenlo, miren hacia abajo, la inmensidad de la grieta. Es muy profunda, muy ancha. Del otro lado esta la cima, la meta, el resplandor. Un frágil puente colgante cruza el abismo. Vean como se agita en el viento. Solo les queda atravesarlo. Sientan la satisfacción por haber llegado hasta allí, respiren profundamente, su pecho esta lleno, tan solo falta un paso para llegar, lo han logrado. Sientan la necesidad de darse vuelta y contemplar la tarea realizada. Háganlo, miren hacia atrás, miren todo lo hecho. Recorran con su vista la montaña hasta abajo, las rocas, los senderos, y vean allá muy a lo lejos a su hermoso caballo blanco esperándolos. Miren aun mas lejos, vean las llanuras que atravesaron, y el lugar en el que lucharon con el dragón. Y más allá vean las montañas que rodean al valle de donde provienen, y al otro lado de ellas los restos de la esfinge, vean las cuatro estatuas de la colina. Y aun mas lejos, vean la aldea, su pequeña aldea. Y mas atrás pueden adivinar la presencia del niño, del toro y del carnero. Vean todo el camino recorrido, sientan la plenitud del trabajo realizado, la satisfacción de haber llegado a la meta. Han cumplido y ahora se aprestan a dar el ultimo paso, a cruzar el puente sobre el abismo. Dense vuelta nuevamente y vean. Sobre el puente ha aparecido algo que les impide el paso. Es un ser monstruoso que los observa fijamente. Una enorme cabra con cola de saurio. Vean su rostro con tres ojos, sus enormes cuernos y su larga cola serpentina que cuelga sobre el abismo. Sientan el enorme poder que hay en ese ser misterioso, el poder que tiene sobre ustedes. Y ahora los mira fijamente y les habla. Escuchen su voz, son miles de voces unidas, un coro horrendo que retumba sobre el abismo. La enorme cabra les hace una pregunta: ¿Quién ha hecho todo este trabajo?... Sientan el enorme impulso de contestar: Yo, Yo lo hice. Perciban la sensación de poder que hay en esa afirmación. Su mente les dice Yo. Pero recuerden a su corazón. Siéntanlo, abierto, lleno de todas las imágenes recorridas. Y dejen que su corazón conteste. Que hable. Y el corazón dice: Zodiaco, este es el trabajo del Zodiaco.
ACUARIO:
Vean como el cielo se abre, como brilla el sol y como resplandece la cima de la montaña. Todo se ilumina, y pueden ver montaña abajo, como otros hombres encapuchados van subiendo a la misma montaña, por otros senderos. Cada uno proviene de una aldea diferente, lejana, y cada uno ha pasado por los mismos estados y lleva ahora el Zodiaco en su corazón, hacia arriba, como ustedes, elevándose, todos juntos. Un trueno retumba entre las montañas y un rayo de luz desciende del cielo abierto y golpea el puente ante ustedes. Vean como la cabra se precipita al abismo, entre las rocas, como se hunde montaña abajo. Ya no hay cabra. pero tampoco hay puente. Solo el abismo y el maravilloso resplandor al otro lado. Ustedes se despojan del manto oscuro y la capucha. Quieren sentirse libres y livianos. Su mirada atraviesa el abismo, se pierde en su profundidad y llega hasta el otro lado, al resplandor. ¿Como llegar allí? Es imposible, y sin embargo hay una sola manera. Saltar. Aunque saben que no podrán alcanzar la otra orilla. Es una locura. Pero lo harán. Salten al vacío. Sientan como quedan suspendidos sobre el abismo y perciban que no pueden alcanzar el otro lado... Hasta que algo aparece ante ustedes sobre el abismo. Es un ser luminoso, una forma de luz, de maravillosos colores. Esa forma se acerca y comienza a envolverlos. Sientan ese abrazo de luz. Entréguense a el, y sientan como un Ángel esta en su corazón y los va llevando suavemente al otro lado. Envueltos en esa luz descienden otra vez sobre la montaña, allí donde esta el resplandor. Donde hay aun mas luz y el sol brilla con fuerza y se escucha el burbujear de una fuente. Allí hay mucha gente y vienen hacia ustedes, sonrientes a darles al bienvenida. Entre risas y abrazos, ustedes pueden percibir que nunca los habían visto antes, y sin embargo es como si los hubieran conocido desde siempre. Ellos los van guiando hacia una roca de la cual surge con fuerza arrolladora agua transparente, cristalina, llena de sol. Esa agua esta viva, radiante y cada uno de ellos llena un cántaro con esa agua. Hay uno también para ustedes. Véanlo. Vean sus colores y su dibujo. Es único. Es su cántaro, y ustedes lo toman y dejan que se llene de esa agua refrescante, infinita. Y ahora todos van con sus cantaros hacia el borde de la montaña. Van alegres, cantando y al llegar al borde, cada uno vuelca su cántaro en la fuente, vaciándolo en el borde. Cantando, haciendo lo que tienen que hacer sin que nadie se los diga, porque ya lo saben. Una y otra vez, con aquellos que son como ustedes y que tienen una estrella brillando en su frente. Como la tienen ustedes. Llevando el Agua hacia la ladera de la montaña. Cantando.
PISCIS
Una y otra vez han llenado su hermoso cántaro en la Fuente, y una y otra vez han derramado su agua montaña abajo. Llenos de alegría, junto a aquellos que se han encontrado en la cima, provenientes de todas direcciones. Pero ahora el sol comienza a ocultarse. El cielo toma los colores del ocaso. Sin decir palabra todos saben lo que esta sucediendo y lo que tienen que hacer. Están dejando sus cantaros, uno por uno. Vean los maravillosos cantaros, uno al lado del otro. Ahora están vacíos, y ya no sirven. Todos se van tomando de las manos y se acercan al borde de la montaña. Miren hacia abajo. Han desaparecido los valles y los ríos y las aldeas. La montaña esta rodeada por el Mar. El Océano se extiende por todas partes y no se ve tierra en ninguna dirección. Observan las olas gigantescas elevándose, la enorme masa de Agua detrás de la cual el sol se esta ocultando. Todos ustedes saben que tienen que hacer. Van a saltar. Desde la cima de la montaña al fondo del Océano. Van a llenar el abismo. Salten. Déjense caer. Húndanse en el Mar. Sientan como el agua los envuelve y los atrapa en su oleaje. Déjense llevar. Sean una gota de agua mas en le Océano. Disuélvanse en el, y sientan como los conduce hacia las profundidades. Hacia el fondo del mar en el que va desapareciendo la luz. Todo se hace oscuro. Pueden sentir la presencia de los seres del mar, pero no pueden verlos, todo es noche. Y ya no pueden encontrar a los que descendieron con ustedes. Están solos. Perdidos en un mundo desconocido. Hasta que pueden percibir que la estrella que brillaba en su frente en la cima de la montaña les esta iluminando el camino. Su haz de luz les permite ver en el fondo del Mar. Y ahora pueden ver también a otras estrellas brillar alrededor de ustedes. Por todos lados. Es como si el Cielo estrellado se manifestara en el fondo del abismo. Vean eso. Un mar de estrellas luminosas bajo el Océano. Y ahora pueden ver cada vez mas. Allí esta el fondo del mar. Pueden tocarlo. Y ver enormes rocas. Antiguas. Rugosas. Y debajo de ellas pueden ver que hay cangrejos. Están atrapados bajo las rocas y no se pueden mover. Vean eso. Y sientan el impulso ciego, natural de mover esas rocas. De liberar a los cangrejos. Háganlo. Las demás estrellas también lo hacen. Y las rocas comienzan a moverse. Es un trabajo arduo. Pero los primeros cangrejos comienzan a liberarse. Y nadan hacia arriba. Hacia la superficie, buscando la luz. Vean los cangrejos ascendiendo, libres. Una multitud de cangrejos que emergen bajo las rocas que ustedes mueven. Véanlos nadar junto a ustedes. Ellos no los ven. Solo nadan hacia arriba. Y ustedes permanecen haciendo su trabajo. Removiendo las rocas del fondo. Hasta que el ultimo cangrejo haya partido hacia la luz.
Espero que te haya gustado tanto como a mi.
Un abrazo desde el corazón,
Blanca De León
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