Por: Agustín Sequera
La palabra viene del latin tolerantia. Se define como respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias. A nivel individual es la actitud que tiene un individuo de aceptar aquello que es diferente a sus valores.El concepto de tolerancia parte de un hecho de que todos los individuos somos distintos y esas diferencias deben ser consideradas como fuente de progreso para la sociedad, permitiendo hacer mas provechosa la convivencia entre hombres y mujeres. Es la aceptación o reconocimiento de la pluralidad de doctrinas o posiciones.
En el orden de la psicología humana, solo se puede ser tolerante con aquello que nos causa molestia, con lo que no estamos de acuerdo pero que se acepta para mantener el orden que se ha establecido en la sociedad y que esta basado en un conjunto de practicas, actitudes y valores.
En el plano social constituye uno de los valores humanos más respetados y considerado como fundamental para la convivencia o coexistencia pacifica con los demás. Es todo lo contrario a la persecución de la persona o grupo considerado diferente o problemático. Cuando se es tolerante se entiende que si alguien es de una raza distinta de la suya o proviene de otro país, otra cultura, otra clase social, o piensa distinto de él, no por ello es su rival o su enemigo.
La tolerancia debe admitirse como el respeto a la diversidad, sin embargo este respeto a las diferencias tiene un matiz activo y pasivo. Ser tolerante pasivo puede tener un grado de perjuicio cuando, por ejemplo, se es indiferente ante la violación de los derechos fundamentales de las personas. Hay situaciones en las cuales no podemos ser inertes y debemos actuar con energía, mas no con violencia. Ghandi decía “si respondemos ojo por ojo, lo único que conseguiremos será un país de ciegos”.
En otro orden, la tolerancia activa busca entender y valorar las ideas discrepantes, implica solidaridad y benevolencia, entendiéndose esta ultima como simpatía y una actitud de buena voluntad. Séneca, filosofo romano, decía que los hombres deben estimarse como hermanos y conciudadanos, porque “el hombre es cosa sagrada para el hombre”.
Pero ¿de qué manera podemos aceptar la diversidad de ideas o posiciones?
- Pongámonos en el lugar de los otros para tratar de entender sus problemas y su manera de actuar.
- Escuchemos sin interrumpir y permitamos a los demás la oportunidad de expresarse.
- Veamos en la diversidad de razas y culturas una señal de la riqueza y amplitud del mundo, en lugar de motivos de desconfianza.
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Espero te resulte de interés, Blanca
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